Urgido por la derrota, Milei prueba a su mesa política pero el Gobierno sigue repleto de interrogantes

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La secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, junto a Santiago Caputo (Fotos: REUTERS/Tomas Cuesta)

Sorprendido por una derrota que no figuraba en sus planes, Javier Milei apuró este lunes dos reuniones de Gabinete y la implementación de una nueva mesa política que hoy se reuniría por primera vez en la Casa Rosada, y apeló de esa manera a la misma estrategia que ejecutó Mauricio Macri en el 2018 cuando su programa económico entró en crisis, y los mercados empezaron a darle la espalda mientras funcionarios y aliados pedían a viva voz un cambio drástico en el sistema de toma de decisiones confiado en ese entonces a Marcos Peña.

Urgido, el jefe del PRO convocó en aquel momento a sus socios de la UCR, con Ernesto Sanz y Gerardo Morales a la cabeza, y se ocupó de instalar públicamente que el “ala política”, liderada por Emilio Monzó, también tenía un lugar en la nueva mesa decisoria. Era una demanda del círculo rojo, que pedía a gritos una mayor apertura que garantizara la gobernabilidad de la coalición de Juntos por el Cambio. Una cortina de humo.

Ayer, Milei negó cambios de Gabinete, una cirugía mayor, como le reclamaban algunos sectores, y echó mano a un viejo truco macrista: su vocero anunció que, desde hoy, el Gobierno tendrá “una mesa política nacional” presidida por el presidente, Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y el propio Manuel Adorni, y que el jefe de Gabinete convocará a una “mesa de diálogo federal con los gobernadores”. Hasta anoche, no sonó ninguno de los teléfonos de los jefes provinciales. Gustavo Sáenz, de Salta, incluso se adelantó en rechazar anoche la convocatoria. En el grupo de WhatsApp de los “23 gobernadores más un jefe de Gobierno”, la última actividad de ayer estuvo relacionada con el envío de felicitaciones a Axel Kicillof.

En el seno de La Libertad Avanza (LLA) se especulaba en estas horas con que la decisión apurada del Presidente, menos de 24 horas después de la derrota, estaba más orientada en dar una señal de reacción externa, de fortalecimiento de la gobernabilidad, y de tratar de llevar algo de zozobra a los aliados. “Es la señal que esperaban los mercados”, bromeó anoche un operador libertario que sigue con creciente preocupación el rumbo de la gestión. Pero poca motivación puertas adentro. Hasta ayer, el proceso de decantación del supuesto nuevo modelo de gestión y la eventual reconfiguración seguía bajo análisis. En desarrollo. Sin ni una sola certeza, ni grandes modificaciones.

Como Macri en el 2018, que ilusionó a sus socios del radicalismo con la coparticipación de la gestión política mientras mantenía la centralidad del poder en manos de Peña, Milei inauguró ayer el nuevo ámbito de discusión política pero el Gobierno seguía plagado de interrogantes en torno al sistema de toma de decisiones, que tiene a Karina Milei como principal accionista.

El domingo, ese sistema colapsó por el contundente triunfo del peronismo que ni siquiera se preveía en el búnker de Fuerza Patria. En agosto del 2019, consultores cercanos a la Casa Rosada inocularon en el círculo rojo encuestas que arrojaban una diferencia muy menor entre Macri y Alberto Fernández. La derrota aplastante por parte del kirchnerismo, por quince puntos, dejó grogui en aquel momento a Macri. El camino a octubre se hizo cuesta arriba. “Mauricio tuvo que entrar a boxes y cambiar las gomas para llegar a la meta. El problema ahora es que a Milei le falta todavía la mitad de la carrera”, explicó ayer un preocupadísimo dirigente libertario.

Martín Menem, Lule Menem y Sebastián Pareja

El presidente tampoco esperaba una golpe tan duro. El miércoles, en Moreno, había vaticinado un “empate técnico” en un deslucido cierre de una campaña provincial -aún más deslucida-, organizado por Sebastián Pareja y Ramón Vera, “El nene” -un puntero opaco del Conurbano-. Los inversores descontaban una derrota, pero en torno a los cinco puntos, como mucho diez. Fueron casi catorce. El peronismo se quedó con seis de ocho secciones.

El domingo por la noche, en el búnker de Gonnet, hubo caras largas. Javier Milei llegó con su hermana. Se encerró en una habitación aparte. Según trascendió, hubo una cumbre privada junto a Santiago Caputo. El triángulo de hierro. Patricia Bullrich era de las pocas que tenía pase libre para entrar y salir. En el 2019, fue la primera en instalar el lema “vamos a volver”, una vez consumada la derrota de Juntos por el Cambio. En efecto, volvió cuatro años después. Cristian Ritondo y Diego Santilli deambulaban por el salón con el rostro adusto. Uno de ellos llegó a decirle a un dirigente libertario: “Qué piña nos comimos”. La versión original es más soez. “Si no cambiamos en octubre nos pasan a valores”, dijo otro.

Caputo llegó bien temprano, una rareza si se tiene en cuenta que tuvo escasísima participación en la campaña, que su agrupación, Las Fuerzas del Cielo, fue marginada del armado de las listas, y que la disputa con Pareja y los Menem, Martín y “Lule”, es cada vez más caliente. Subió al escenario bien cerca del Presidente, se ubicó a tiro de cámara, siguió todo el discurso con seriedad. Desde esa misma noche, desde su agrupación comenzó a instalarse con insistencia la necesidad de una reorganización urgente del Gabinete, un cambio de roles en el sistema de toma de decisiones y se propagó una campaña en redes con durísimas críticas a los principales colaboradores de Karina Milei. En particular a Pareja. Y especialmente a los Menem.

Atravesado por esa interna feroz, la nueva mesa política del Gobierno enfrenta múltiples dilemas. El primero tiene que ver con el propio Milei, que detesta esos ámbitos. El año pasado, cuando el Ejecutivo todavía mantenía un vínculo esporádico con gobernadores aliados, el Presidente se puso al frente de algunas negociaciones, pero abandonó rápidamente ese rol. El jefe de Estado está abocado casi a tiempo completo al programa fiscal. El resto de la gestión la delegó casi exclusivamente a su hermana, a Caputo y a otros ministros con los que habla cada tanto.

El segundo interrogante está relacionado con la nueva dinámica de la gestión de la política. No solo por la influencia de la secretaria General, que es decisiva e inamovible, y porque los actores involucrados son los mismos, si no porque, entre algunos de ellos, persiste una profunda desconfianza. Y una guerra fría que se salió de su cauce. En especial entre el consultor y los Menem, representados en esa mesa por el presidente de la Cámara baja, sobre el que este lunes arreciaron versiones, en su mayoría infundadas. También sobre Eduardo Menem, “Lule”, ratificado ayer por la hermana presidencial. “Karina no los va a soltar de ninguna manera”, corroboraron desde ese sector. Ayer, Pareja fue confirmado, además, como jefe armador territorial de la Provincia.

Los reclamos, sin embargo, no fueron propiedad exclusiva en los últimos tiempos de Las Fuerzas del Cielo, que entre el domingo y ayer propagaron desde las redes un operativo de reestructuración interna que, por el momento, Milei no tiene previsto implementar. Francos ya había pedido desde hacía tiempo un golpe de timón. En especial, en la relación con los gobernadores. El domingo no estuvo en La Plata. Se excusó por cuestiones familiares, pero amigos del jefe de Gabinete reconocen que está fastidiado por algunos manejos. En Estados Unidos siguen de cerca el futuro del ministro coordinador. Desde un despacho en particular. Dicen que incluso habló de esos desmanejos con el propio mandatario, que meses atrás intentó empoderarlo para tratar de cortar la sangría entre su hermana y Caputo. Algo similar exigió Sandra Pettovello, la ministra de Capital Humano, a la que le reconocen una influencia importante sobre el Presidente y un sentido común mayor al de buena parte de los ministros. Pettovello tampoco estuvo el domingo en el salón de fiestas de Gonnet.

El presidente Javier Milei, junto con Karina Milei y Luis

“Hay que darle claridad a la política sobre quién tiene el timón. ¿Cómo se hace un acuerdo de gobernabilidad sin un interlocutor político empoderado y confiable? Hay que clarificar el sistema de toma de decisiones», sentenció anoche un funcionario.

Ayer, antes del anuncio de Adorni, corrieron versiones sobre un supuesto empoderamiento de Caputo que, en los hechos, todavía no se habría verificado. Trascendió incluso con que volvería a hacerse cargo de las negociaciones con el Congreso. El viernes, entrevistado por Infobae en Vivo, el senador Juan Carlos Romero, que fue muy aliado del Ejecutivo, resaltó: “El Gobierno tiene que replantear el diálogo político y reconstruir una relación de confianza con los gobernadores, no me lo dijo él, pero en algún momento se le pidió al sector de Caputo que no dialogara políticamente, que no hiciera acuerdos“. Romero fue uno de los principales socios de la Casa Rosada en el Senado: lanzó un interbloque, con senadores como Carlos Espínola, ”Camau», el ex legislador Edgardo Kueider, expulsado de la Cámara alta, y otros colegas, que se selló en una reunión que tuvo lugar en el departamento porteño del salteño en la Ciudad de Buenos Aires, en una cena de la que participó el consultor. Después, fue corrido de las relaciones con el Congreso.

Algo parecido ocurrió con los gobernadores, que quedaron a la intemperie, y que no tuvieron respuesta a ninguno de sus reclamos, ni financieros ni electorales. Ayer, los jefes provinciales del bloque Provincias Unidas se comunicaron vía zoom y confirmaron que esta semana se encontraran en la Rural de Río Cuarto, Córdoba, convocados por Martín Llaryora y Juan Schiaretti, que se encamina a una buena elección en esa provincia.

Ayer, en Las Fuerzas del Cielo explicaron que esta semana podrían empezar a reunirse internamente para tratar de reencausar la vinculación con ex aliados en el Congreso. Todavía es un plan incipiente, apurado, no solo por la derrota de este domingo: En el Senado, y también en Diputados, se cocinan más traspiés para el Gobierno que podrían llevar aún más zozobra al proceso electoral de cara a las elecciones de octubre, ahora en terreno desconocido. La aprobación de la modificación de la ley de DNU en la Cámara alta despertó una fuerte preocupación. Su aprobación final en Diputados puede ser una pésima señal para la Casa Rosada.

Este lunes, en oficinas de LLA, se preguntaban si la reacción de Milei sería solo la conformación de esta nueva mesa política o habría algún anuncio vinculado con la economía. Es que, más allá de los pases de factura internos por el armado electoral, puertas adentro del Gobierno reconocen que el plan de Luis Caputo, “Toto”, empezó a cosechar rechazos cada vez mayores en buena parte de la sociedad. Producto de la falta de un programa orientado a la reactivación de la microeconomía. La derrota contundente en el Gran Buenos Aires prendió luces de alerta. Maximiliano Bondarenko, que fue cabeza de lista en la tercera sección, habló ayer de su mamá jubilada y que no llegaba “a fin de mes”. La baja de la inflación pareciera haber encontrado un techo en la satisfacción de un sector de los votantes. El impacto de la divulgación de los audios del lenguaraz Diego Spagnuolo, el ex titular de la agencia de discapacidad, cuya investigación podría tener novedades en las próximas horas. También podría haber influido. ¿Un testigo planea presentarse para confirmar el contenido de los audios del ex funcionario? En la Justicia hubo movimientos subterráneas en los últimos días.

Guillermo Francos junto a gobernadores en La Rural

En estas horas debería confirmarse, en paralelo, una ampliación de la “mesa política de la provincia de Buenos Aires, en virtud de la representatividad de quienes conforman el espacio provincial”, anunció ayer Adorni. Desde el PRO tenían anoche pocas novedades. También existía un interrogante sobre si se incorporaría a Las Fuerzas del Cielo. La semana pasada, en la previa de la elección bonaerense, Agustín Romo, principal figura de esa agrupación en tierra provincial, tuvo un cruce con la hermana del Presidente. En la antesala de la derrota, Daniel Parisini, “El Gordo Dan”, también fue desautorizado por Francos, por su desagradable comentario sobre Luis Juez. Karina Milei le escribió al propio senador cordobés. Ayer, en el seno de Las Fuerzas del Cielo, circulaba una versión que daba cuenta de que Milei, y no su hermana, podría haber avalado una especie de catarsis pública de referentes de esa agrupación, que incluyó reproches internos. ¿Es posible? Anoche, desde su canal de streaming, Parisini pidió volver a las bases. Apelar a la mística. Cabizbajo. Hace semanas que no hay risas ni gestos obscenos.

En se nivel de descontrol interno, acusaciones cruzadas y desmotivación general, el Gobierno se encamina a las elecciones de octubre. Con más interrogantes que certezas.

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