La designación de las autoridades en el Senado bonaerense abrió un nuevo frente de batalla entre CFK y Kicillof

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Las autoridades del Senado generaron un nuevo tironeo entre las dos facciones del kirchnerismo

La conflictividad permanente que rodea al peronismo bonaerense sumó un nuevo capítulo el lunes feriado, cuando se llevó adelante la jura de senadores en la Legislatura y la negociación por la renovación de autoridades se dinamitó en cuestión de minutos. El kicillofismo de un lado y el cristinismo del otro. Como casi siempre en la interna justicialista de los últimos dos años.

“Vinieron a la sesión preparatoria con un pliego de condiciones, amparado por CFK, y nos quisieron llevar puestos. Querían la mayoría de las vicepresidencias y la jefatura del bloque. Quieren todo. Así es imposible”, se quejó una de las espadas legislativas más importantes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), que lidera Axel Kicillof.

El punto de enfrentamiento son las vicepresidencias que tiene la Cámara alta de la provincia de Buenos Aires, que deben dividirse entre el oficialismo y la oposición. Al día de hoy la vicepresidencia primera y la tercera son del peronismo. Ambas fueron ocupadas por dirigentes cercanos a Cristina Kirchner.

La primera la tenía Luis Vivona, pero la dejó para ir a la Cámara de Diputados bonaerense. El legislador es un hombre de confianza del intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini. La vicepresidencia tercera es de Pablo Obeid, un legislador de La Cámpora. La representación del peronismo entre las autoridades está liderada por la presidenta provisional del Senador, la vicegobernadora Verónica Magario. Los ojos y la voz del Gobernador en el recinto.

Magario junto a Katopodis

El nuevo enfrentamiento entre el sector de Kicillof y el de CFK se generó por cómo se van a ocupar los lugares después de la renovación de la Cámara alta. Sobre todo la vicepresidencia primera, que está en la línea sucesoria de Magario.

Tras la partida de Vivona a la Cámara de Diputados bonaerense, el cristinismo reclama ese lugar para tener el poder de designar un nombre aprobado por la ex presidenta. Según explicaron a Infobae fuentes parlamentarias de ese rincón del peronismo, existe un acuerdo para que cada sector ocupe el lugar que tiene tras la renovación de las cámaras.

Una opción es que esa banca la ocupe el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, otra posibilidad es que el ocupante sea un representante del camporismo. En el MDF advierten que llegó el momento de dar todas las batallas y negociar. Los tiempos cambiaron y la conformación de la mesa donde se toman las decisiones, también.

”Ellos lo saben bien. Había que cumplir el status quo, como estaba pautado, bajar la persiana del año en paz y empezar las vacaciones“, sostuvo un dirigente cristinista involucrado en los idas y vueltas del nuevo capítulo de la interna bonaerense. Y agregó: “El kicillofismo corre el arco permanentemente. Siempre quieren quedar en el lugar de víctimas. Parece que quisieran romper la coalición”.

El Senado bonaerense es el nuevo foco de conflicto entre el kicillofismo y el cristinismo

Al filo del cierre del año, no sobran los acuerdos entre las dos facciones del kirchnerismo. El más importante, en términos legislativos y de gestión, lo lograron la semana pasada, cuando Kicillof quedó habilitado a tomar deuda. En La Plata siempre desconfiaron del apoyo real de La Cámpora y el cristinismo al momento de llegar a la votación. En la agrupación de Máximo Kirchner dicen, una y otra vez, que están alineados para mantener la unidad. “Salieron las tres leyes por un tubo”, aseguraron, en referencia al endeudamiento, la ley fiscal e impositiva y el Presupuesto 2026.

“Otra vez están buscando lío donde no hay. Porque acá no había discusión. Al no ser víctimas, se quedan sin política”, se quejó un dirigente de La Cámpora muy cercano a Máximo Kirchner. En la organización ultra K hace tiempo que tienen una hipótesis trazada: Kicillof se victimiza en el proceso de autonomía de CFK para quedar en un lugar de falsa debilidad y ser un supuesto blanco de los ataques camporistas.

Un funcionario que sigue el liderazgo de Kicillof fue duro, picante y contundente: “La Cámpora vs a dinamitar todo lo que pueda la relación política con Axel. Están en modo destructivos”. En el camporismo, en cambio, dicen que trabajan por la unidad, que ese es el pedido de CFK y que están alineados al gobierno bonaerense.

Una vez más hay lío. Diferencias, falta de acuerdos, recelos, desconfianza y dientes apretados. Y así será casi todo el tiempo. Porque es difícil arreglar lo que está tan roto.

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