La CGT, en estado de shock electoral: quiénes ganaron y quiénes perdieron, y cuál es el peor miedo del sindicalismo

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La mesa chica de la CGT volverá a reunirse para analizar el nuevo escenario político

El aluvión de votos en favor de Javier Milei, incluso en un bastión peronista como la provincia de Buenos Aires, dejó en estado de shock a la CGT, que paladeaba un triunfo de Fuerza Patria para poner a la futura cúpula cegetista al servicio del regreso del PJ al poder en 2027.

Ahora, en medio del tembladeral en que quedó la oposición en general, la dirigencia de la CGT planifica para esta semana un encuentro ampliado de la mesa chica con el fin de analizar el nuevo escenario político y tratar de superar las diferencias sobre la próxima conducción que será elegida en el congreso del 5 de noviembre.

Tras las elecciones, el tablero sindical quedó inclinado hacia un lado: salió fortalecido el sector dialoguista, con Gerardo Martínez (UOCRA) como su máximo exponente, que sostuvo su postura de mantener abierta una negociación con el Gobierno para evitar que avanzara de manera inconsulta con la nueva reforma laboral, entre otras iniciativas que generan preocupación.

Axel Kicillof, en un acto de campaña con Héctor Daer, Andrés Rodríguez y Hugo Moyano, de la CGT

A la vez, perdió posiciones el ala más dura, con exponentes como Héctor Daer (Sanidad), Abel Furlán (UOM) y Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento), entre otros, que esperaban una derrota libertaria para poner a la CGT como mascarón de proa contra Javier Milei y allanar el terreno para el avance del peronismo.

Ahora, muchos dirigentes deben recalcular su estrategia porque lo que sucedió en las urnas también tendrá su impacto en la conformación de la nueva CGT. Será difícil que el triunvirato que viene tenga una impronta más combativa. En teoría, se afianza la postura de quienes querían elegir dirigentes que pudieran mostrar firmeza y, a la vez, tender puentes con el Gobierno.

Hay dirigentes, de todas formas, que imaginan que la CGT que surja del congreso del 5 de noviembre deberá cargarse al hombro el rol opositor a Milei tras la crisis en que quedó el peronismo por la debacle electoral.

Gerardo Martínez y Guillermo Francos (Foto: Franco Fafasuli)

Algunos sindicalistas ponen en la mira en estas horas la “errada” estrategia elegida por Cristina Kirchner y Axel Kicillof para los comicios legislativos. Apuntan a “la falta de campaña” del PJ e incluso critican que “casi no se lo vio” a Jorge Taiana, primer candidato a diputado nacional de Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires.

“Creyeron que se podía ganar sólo atacándolo a Milei y sin mostrarle a la gente propuestas y programas alternativos”, se quejó un jefe sindical, que planteó sin miramientos: “Cristina debe renunciar a la presidencia del PJ porque, si no, en 5 años vamos a ser una expresión testimonial como lo es hoy el radicalismo”.

Entre los sindicalistas que apoyaron a Kicillof (que fueron una abrumadora mayoría dentro de la CGT) hay desconcierto y desconsuelo. “Estamos con las preocupaciones lógicas de hacia dónde vamos”, confesó el líder de un importante gremio de servicios, aunque anticipó que la nueva cúpula cegetista deberá tener, “ahora más que nunca, dirigentes que sepan gestionar y tengan respaldo interno porque viene una etapa muy difícil para defender nuestras banderas”.

Una de las reuniones de trabajo del Consejo de Mayo

Traducido al lenguaje sindical, esa “etapa muy difícil” significa la posibilidad creciente de que ahora, envalentonado por el 41% de votos a nivel nacional, el Gobierno se tiente con tratar de aplicar una nueva reforma laboral sin buscar el consenso de la CGT.

Hasta ahora, los cambios en la legislación laboral fueron objeto de análisis en el Consejo de Mayo, esa instancia de diálogo multisectorial de la que participa Gerardo Martínez en nombre de la CGT y que era mirada de reojo por sindicalistas del ala dura que pugnaban por dinamitar el diálogo con el Gobierno y volver a las protestas.

La semana pasada, la reforma laboral quedó otra vez en el centro de la escena: como Milei, el ministro Luis Caputo y el secretario Julio Cordero reflotaron el tema y hasta hablaron de algunas propuestas sin acuerdo sindical (como los “salarios dinámicos”), el líder de la UOCRA se vio obligado a difundir un duro documento en el que rechazó una reforma “inspirada en el DNU 70″.

Julio Cordero y Sergio Romero, líder de UDA y dirigente de la CGT

Para la CGT, esas menciones fueron parte de la campaña electoral de La Libertad Avanza para fidelizar a su electorado, pero no respondían al debate en el Consejo de Mayo que avanza silenciosamente a través del trabajo de los técnicos de cada sector, incluso de la CGT, para llegar a diciembre con las propuestas consensuadas.

Lo que genera más miedo en estas horas a la CGT es la posibilidad de que el mayor peso de los legisladores libertarios y sus aliados que tendrá el Congreso a partir del 10 de diciembre le dé nueva vida al tan temido proyecto de Democracia Sindical, impulsado por la UCR y el PRO, con un guiño de La Libertad Avanza, que el año pasado no tuvo dictamen de comisión y en condiciones de ser debatido en Diputados por apenas un voto.

Ese proyecto condensa unas 28 iniciativas sobre el tema y proponen cambios en las leyes 14.250 de Convenciones Colectivas de Trabajo y 23.551 de Asociaciones Sindicales que causan pánico a la CGT: propone eliminar la reelección perpetua de los gremialistas, prohíbe la cuota solidaria que sostiene “la caja sindical”, garantiza la representación de las minorías en los cuerpos deliberativos y directivos de los sindicatos, obliga a presentar declaraciones juradas y fija medidas para “democratizar las obras sociales”.

Sergio Palazzo, en la Comisión de Legislación del Trabajo de Diputados, donde tuvo un papel clave para la CGT

El nuevo mapa legislativo que quedó configurado tras las elecciones muestra que Milei no tendrá mayoría asegurada, pero sí muchas probabilidades de sumar aliados para algunas de las reformas que pretende.

Por eso dirigentes como Martínez proponen buscar vías de negociación con el Gobierno en lugar de romperlas. Es el camino que ahora parece el más pragmático para evitar el peligro de que avancen leyes tan demoledoras para el poder sindical. Por eso lo que sucedió en las urnas les dio un fuerte oxígeno a dialoguistas como el titular de la UOCRA y a otros dirigentes que tienden puentes de negociación sin perder la firmeza de sus reclamos, como Hugo Moyano (Camioneros) o Sergio Romero (UDA).

En diálogo con Infobae, Gerardo Martínez destacó que lo conversado en el Consejo de Mayo constituye “un terraplén sólido que tiene propuestas y genera alternativas para construir un camino de entendimiento y modernización en las relaciones laborales”.

Jorge Taiana, en un acto en la CGT junto con Héctor Daer y Sergio Palazzo

Con respecto al eventual avance inconsulto del Gobierno en materia de la reforma laboral, el líder de la UOCRA contestó: “No veo nada apocalíptico. Debe primar la sensatez y la transición justa en los cambios”.

“La modernización laboral debe ser un camino que dé garantía a los trabajadores y a los empleadores en el mismo nivel de los intereses que se representan”, dijo.

Aun así, se espera un fuerte debate interno cuando la mesa chica de la CGT, en su versión ampliada, delibere en estos días. Hay mucho en juego y un sindicalismo en estado de shock que no tiene mucho tiempo para rearmar su estrategia y elegir la nueva cúpula cegetista.

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