
El Gobierno mira en la relación con los gobernadores el principio por el cual puede lograr los números en el Congreso que le permitan impulsar sus principales iniciativas y reformas. Sin ellos, la hoja de ruta podría verse afectada, pero considera que en las provincias también tienen incentivos para que la segunda parte de la gestión de Javier Milei inicie con buena marcha.
En un importante despacho citan un informe de la consultora 1816 en la cual se evidencia que la deuda que toman desde las provincias está compuesta en un 73 % por bonos. En la medida que estas quieran seguir endeudándose, la tasa por la cual lo harán estará atada al Riesgo País. Es decir, a la marcha de las expectativas sobre la situación económica de la Nación.
Este factor produjo ayer un gesto político desde el Presidente a un viejo contrincante político de este año, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri; a quien felicitó por emitir deuda en el mercado internacional a una de las mejores tasas de su historia. “Felicitaciones por ese logro, lo cual es un anticipo cierto de la Argentina grande y próspera que se viene”, tuiteó el mandatario.
Ese es uno de los gestos de distensión que ha hecho la Casa Rosada en el último tiempo. En particular, el Gobierno y la Ciudad lograron acordar la inclusión en el Presupuesto 2026 del acuerdo alcanzado ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) sobre la coparticipación para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Este acuerdo se materializó en un encuentro en el que participaron Jorge Macri y el ministro de Economía, Luis Caputo, quien, por ser el responsable último de la planificación presupuestaria, se convierte en un actor de peso central para determinar qué aspectos de las negociaciones con las provincias tienen posibilidad de materializarse y cuáles no.
Con esa inclusión, el Gobierno cree que ya tiene el apoyo político de Uspallata para los desafíos reformistas que se vienen. Estos gestos deberán replicarse en otros distritos subnacionales del país y, en particular, en aquellos donde hay diputados y/o senadores que responden directamente a las directivas de sus gobernadores.

Hasta el momento, el ministro del Interior, Diego Santilli, se reunió y anotó las demandas de Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Martín Llaryora (Córdoba), Gustavo Sáenz (Salta), Alfredo Cornejo (Mendoza), Marcelo Orrego (San Juan), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Rolando Figueroa (Neuquén), Carlos Sadir (Jujuy), Raúl Jalil (Catamarca), Leandro Zdero (Chaco) y Alberto Weretilneck (Río Negro).
En el marco de estas reuniones es que el Gobierno buscó dar un gesto clave de que está en condiciones de cumplir ciertas prerrogativas. Ayer Caputo materializó en la reducción de las retenciones al petróleo, acordada con “Nacho” Torres.
Estas conversaciones seguirán el viernes cuando Santilli se vea con el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, que está a semanas de salir de sus funciones para asumir como senador nacional electo. Aun así, seguirá digitando los movimientos políticos de su provincia. Pese a su inevitable vinculación con el kirchnerismo, el Gobierno lo considera alguien clave y con el que quiere entablar un vínculo de confianza porque tiene tres senadores que le responden: un poder que no lo tiene ningún jefe provincial en toda la Cámara Alta. En la provincia del Norte están dispuestos.

En ese sentido, el Gobierno está acudiendo a Gustavo Sáenz como una especie de interlocutor con las provincias para tratar de generar una suerte de grupo que refuerce la gobernabilidad del oficialismo. Como una suerte de primer movimiento, el gobernador de Salta busca sumar a partidos provinciales y referentes cercanos a Raúl Jalil y Gerardo Zamora, con el objetivo de que LLA se convierta en la bancada más numerosa.
El Gobierno pretende que en ese grupo estén Raúl Jalil de Catamarca, quien cuenta con cuatro diputados y un senador. También a los gobernadores Hugo Passalacqua (Misiones) y Rolando Figueroa (Neuquén), cuyos diputados ya han compartido espacio en la bancada Innovación Federal, junto a representantes salteños y rionegrinos. El tucumano Osvaldo Jaldo también figura entre los potenciales aliados tras anunciar que su bloque permanecerá fuera del espacio kirchnerista.
Una importantísima voz de la mesa política de Milei reveló que se piensa en una suerte de bloque (formal o informal, parece ser indistinto mientras exista la certeza de que levanten la mano en favor del Gobierno) compuesto por Misiones, Salta, Tucumán, Catamarca, Río Negro, Santiago del Estero y Neuquén.
Santilli se verá el martes próximo con Passalacqua. Todavía no se reunió con los radicales Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Gustavo Valdés (Corrientes). Tampoco con Claudio Poggi (San Luis), que es de los más cercanos a la Casa Rosada. Sergio Ziliotto (La Pampa) es uno de los que más cercanía tiene con el kirchnerismo, aunque en la Casa Rosada perciben que pueden persuadirlo y lo notan con ánimos dialoguistas. En tanto, no planean siquiera convocar a Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Ricardo Quintela (La Rioja).



