Marcelo Rucci casi no tuvo tiempo de celebrar su reelección al frente del Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa. Ganó con una amplia participación los comicios de este martes en ese gremio estratégico del sector, pero está por lanzar un paro de actividades en Vaca Muerta en protesta por más de 1000 despidos que hubo en empresas de la zona.
“Es muy difícil de explicar que en el mejor momento de Vaca Muerta haya despidos de trabajadores -dijo el sindicalista a Infobae-. Pensábamos que las empresas iban a poner en valor el esfuerzo de la gente para batir todos los récords no sólo de perforación o de fractura, sino también de producción que estimaban alcanzar en 2026 y que pudieron lograr este año, con 600.000 barriles de petróleo. Estamos en una situación muy favorable para la industria, con un montón de beneficios que le dieron, pero no gotea a los trabajadores e incluso tiran a la gente a la calle sin contemplaciones».
Rucci, sucesor del fallecido líder Guillermo Pereyra, logró este martes su primera reelección en unos comicios del gremio en los que se presentó al frente de una lista única y en los que se registró una alta participación en las urnas (cerca del 80% del padrón de 25 mil afiliados), algo que superó las expectativas porque se votó en 262 mesas habilitadas en yacimientos, bases operativas y localidades importantes a lo largo de toda la Cuenca Neuquina.
“Ahora vamos a seguir en la misma línea que tenemos, bregando por los salarios y las condiciones laborales y de seguridad de los trabajadores -señaló-. Creo que la gente votó eso. Es importante legitimar a una conducción que ha estado cuatro años firme y encima de todas las necesidades de los trabajadores. Este apoyo hace que redoblemos los esfuerzos para seguir adelante”.
Sin embargo, Rucci resaltó: “Estamos muy preocupados por la situación en Vaca Muerta. Si esto no cambia, vamos a ir a un paro total. Hay compañeros que están licenciados y otros, directamente despedidos. Se apostó a las obras de transporte, como los ductos al Atlántico, pero faltó un puente entre el presente y lo que se viene en 2026. Y ese vacío lo están pagando los trabajadores”.
— ¿Cómo comenzó el conflicto?
— No hay una situación en la que las empresas estén en problemas las empresas. Han hecho un paréntesis, para el 2026 porque hoy se invirtió en los ductos para salir con el petróleo y el gas al Atlántico. Están en un cuello de botella. No saben cómo sacar el gas y el petróleo. Pero es un momento muy favorable para la industria, con un montón de beneficios que se le ha dado a la industria, pero que no gotea en los trabajadores.
— ¿Y cómo se explican los despidos?
— Es muy difícil de explicar que en el mejor momento de Vaca Muerta haya despidos de trabajadores. Pensábamos que las empresas iban a poner en valor el esfuerzo de la gente para batir todos los récords no sólo de perforación o de fractura, sino también de producción que estimaban alcanzar en 2026 y que pudieron lograr este año, con 600.000 barriles de petróleo. Pero tiran a la gente a la calle sin contemplaciones, sin ver que detrás de cada uno de esos obreros que dejan en la calle hay una familia y necesidades. Y en una falta total de palabra porque hemos acompañado en los peores momentos de la industria y ahora vemos que en el mejor momento nos sueltan la mano, humillando a miles de trabajadores que hoy están en una situación de incertidumbre tremenda.
— ¿Es sólo responsabilidad de las empresas o también del gobierno provincial o nacional?
— Es responsabilidad de las empresas, de las inversiones que hacen. En este paréntesis que hay hasta 2026 optaron por bajar la actividad y echar a la gente. Esta es pura y exclusiva responsabilidad de las empresas. Porque nosotros nos habíamos. Habíamos convenido con las empresas la importancia que tiene Vaca Muerta para el país y siempre lo dijimos que tenía que ser con los trabajadores adentro, que es la parte fundamental de la actividad. Y resulta que en la primera de cambio estas empresas empiezan a despedir. Y no es porque pierdan plata sino que es por la voracidad que tienen y la falta de palabra. Y hoy estamos pasando estas situaciones en uno de los mejores momentos de la industria.
— ¿No hay diálogo con las empresas para intentar una solución al conflicto?
— Sí, tratamos de que mediante el diálogo pudiéramos resolver esta situación, pero no tuvimos eco. No responden ni toman decisiones. El problema están poniendo no sólo a los trabajadores en una situación difícil, sino que están terminando de darle el tiro de gracia a las pymes. Por eso no nos dejan otro camino: estamos definiendo un paro de actividades para los próximos días.
— ¿A cuántos trabajadores despidieron?
— Hay más de 1000 despidos y más de 2000 que enviaron con licencia a su casa en una condición que todos sabemos que es una crónica de una muerte anunciada. Después viene el despido. Esto es lo que nos preocupa.
— ¿Cómo ve la situación socioeconómica de su provincia, Neuquén, y del país en general?
— Complicada, como en todos lados. En el Gobierno Nacional se toman decisiones que ponen en una situación difícil sobre todo a los trabajadores. Pero fue votado un Presidente con todas las esperanzas de salir adelante y ojalá que esté a la altura de las circunstancias y que pueda darle a los argentinos lo que esperamos, que este país definitivamente salga a flote. Nosotros estamos en una actividad clave colaborando y empujando para que eso suceda, pero con despidos, con ninguneo, con abusos y este tipo de situaciones injustas no va a ser posible.
— Usted lanzó el 1° de julio un partido propio, Fuerza Neuquina y Federal. ¿Qué es lo que se propone?
— Queremos que los trabajadores representen a los trabajadores. Nosotros no vamos en contra de nadie, sino que vamos a favor de los trabajadores. Hay mucho potencial en trabajadores que pueden ocupar cargos y que puede hacerlo de manera seria y responsable, no como vemos en la política que andan saltando de partido en partido, sin convicciones, donde cada uno busca acomodarse al calor de lo que le conviene. Estamos convencidos de que podemos hacer un aporte importante a la política desde el sector de los trabajadores.
— ¿Imagina una carrera política? ¿Va a ser candidato a gobernador de Neuquén?
— No, creo que uno cumple etapas dentro de la política. Me tocó ser concejal e intendente de un pueblo muy importante de la zona de Vaca Muerta (Rincón de los Sauces) y hay que dejar espacios también, no siempre ser uno el que ocupa los espacios. Tenemos gente muy valiosa y muy comprometida que a través de la política puede representar a los trabajadores como corresponde.
— En la CGT hay malestar porque el frente peronista Fuerza Patria no le dio lugares en las listas para las elecciones bonaerenses. ¿Cómo lo analiza usted que armó una opción propia para participar en política?
— Lo primero que deberían hacer es una autocrítica. Los dirigentes tienen que estar al frente de su gente con un contacto permanente y respondiendo a los intereses de los trabajadores, cosa que no ha hecho la CGT. La conducción de la CGT se tendría que ir. Ya no representan a nadie. Vemos la frustración de los trabajadores en el país mediante una CGT que no representa los intereses de los trabajadores. Entonces no sé qué cargo quieren ocupar si no cumplen con su primer objetivo, que es el de representar a los trabajadores. No me identifico para nada con la CGT. Tienen que dar un paso al costado y tiene que haber nuevos dirigentes que asuman la responsabilidad de defender a los trabajadores como corresponde, porque para eso son elegidos. Hay dirigentes que se han atornillado al lugar que ocupan y no representan absolutamente nada. La CGT no me interesa. Ni yo ni mis compañeros nos sentimos representados por esa CGT.
— La CGT está negociando dentro del Consejo de Mayo una nueva reforma laboral. ¿Cuál es su postura?
— No tengo nada claro sobre la nueva reforma laboral. Primero tendría ser más amplia, más federal, y no que entre cuatro o cinco decidan qué es lo que necesitan los trabajadores en el país porque hay situaciones que son totalmente contrapuestas. Hay actividades que están en pleno desarrollo como el nuestro y hay otras en una situación más difícil. Pero no sé nada sobre esa reforma.
— De todas formas, ¿está de acuerdo en una modernización de las leyes laborales?
— No lo sé. Pues puede haber puntos que sí y otros que no, pero no se puede hacer desde el desconocimiento de los diferentes gremios que abarcan la actividad de los trabajadores en el país. No puedo dar una opinión sobre una reforma que desconozco. En todo caso, tiene que ser beneficiosa para los trabajadores porque, en definitiva, los que han sostenido este país fueron los trabajadores. Nosotros en la pandemia pagamos con 84 vidas ser trabajadores esenciales y de eso no hay que olvidarse. Y no se tienen que olvidar justamente los legisladores, que en la pandemia estaban muy cómodos en sus casas mientras nosotros enterrábamos compañeros.