En la historia del metal, pocas rivalidades fueron tan duraderas como la de Metallica y uno de sus miembros fundadores: Dave Mustaine. El guitarrista, despedido de la banda en 1983 por su comportamiento errático, adicciones y estallidos de violencia, no solo quedó marcado por la salida abrupta, sino que respondió fundando su propio proyecto, Megadeth.
Pero los viejos rencores nunca se borran del todo. Así lo demostró Lars Ulrich, baterista de Metallica, en una entrevista con So What, el fanzine oficial del grupo, donde calificó como “patético” el comportamiento de Mustaine, acusándolo de usar cada lanzamiento de Megadeth como una oportunidad para atacar a su antigua banda.
“Hay un paralelismo curioso entre las veces que Dave Mustaine ataca a Metallica y el lanzamiento de un nuevo disco suyo. Es algo triste y patético”, declaró Ulrich. Y agregó con ironía: “No olvidemos que el tipo estuvo en nuestra banda apenas un año”.

Mustaine, por su parte, nunca ocultó su enojo por haber sido reemplazado por Kirk Hammett, ni su frustración por no haber sido acreditado como autor de algunas canciones del disco debut de Kill ‘Em All. Incluso llegó a afirmar que Hammett “robó sus solos”.
Mientras Metallica se consolidó como uno de los pilares del metal mundial, con ventas millonarias y una popularidad transversal, Megadeth se convirtió en un emblema para los puristas del género, con una propuesta técnica y agresiva que siempre buscó diferenciarse, aunque sin escapar de la sombra de su banda madre.
La rivalidad, sin embargo, parece no tener fin. Aunque ambos grupos compartieron escenario en contadas ocasiones, el intercambio constante de declaraciones demuestra que las viejas heridas todavía duelen.
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