Un exitoso entrenador olímpico reveló en qué se equivoca la mayoría de los atletas

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En el Rich Roll Podcast, McMillan desgranó su enfoque de coaching (@fingermash)

Stuart McMillan es un entrenador de velocidad olímpica que ha entrenado a más de 70 atletas olímpicos en 9 Juegos Olímpicos y ha ganado más de 30 medallas. En su participación en el último envío del Rich Roll Podcast, desgranó su enfoque como coach de alto rendimiento, una visión que desafía el camino tradicional del entrenador como figura autoritaria.

McMillan, en cambio, propone una relación colaborativa y personalizada con el deportista, donde la excelencia no se persigue a costa de la salud física y mental.

Equilibrio entre el rigor científico y la creatividad

Con más de 30 años de experiencia, Stuart McMillan se ha consolidado como referente internacional en el entrenamiento de atletas olímpicos. Actualmente dirige Altis, una organización dedicada al desarrollo de deportistas y entrenadores de élite. A lo largo de su carrera, ha trabajado con figuras como Noah Lyles, Sha’carri Richardson, Usain Bolt, Andre De Grasse, Lolo Jones, Lauren Williams y Kaillie Humphries, entre otros.

McMillan reconoce la influencia de su mentor, Dan Paff, legendario entrenador de atletismo, quien le transmitió la importancia de comprender la interacción entre todos los factores que inciden en el rendimiento deportivo.

Según relató en el podcast, su trayectoria ha estado marcada por la búsqueda de un equilibrio entre el rigor científico y la creatividad, integrando su formación en arte y su experiencia como DJ con una visión estructurada y analítica del entrenamiento.

El podcast revela la trayectoria de McMillan en el mundo del atletismo de alto rendimiento (@fingermash)

Filosofía de entrenamiento: enfoque integral y colaboración

La filosofía de McMillan se basa en un enfoque integral que considera al atleta como un sistema complejo, donde el rendimiento depende de la interacción entre cinco pilares: físico, nutrición, recuperación, mentalidad y apoyo social.

“El coaching es una asociación, no una dirección unilateral”, afirmó McMillan en la entrevista, subrayando que el éxito requiere una colaboración activa entre entrenador y deportista.

En Altis, el proceso comienza con una evaluación conjunta de los objetivos y de cada uno de los componentes del sistema de salud y rendimiento. Los atletas califican su estado en cada área y, a partir de ese diagnóstico, se establecen prioridades de mejora.

McMillan enfatiza que el rol del entrenador es guiar y facilitar, no imponer: “No todos los atletas quieren lo mismo; el éxito es personal y debe ser definido por el propio deportista”.

El mayor error de los atletas

Para McMillan, el error más frecuente entre los atletas de alto nivel es sobreenfocarse en un solo aspecto de su preparación, como la técnica, la fuerza o la nutrición, en detrimento del resto del sistema. “El mayor error es intentar optimizar una sola parte del sistema, descuidando el resto”, advirtió.

McMillan advierte sobre el error de sobreenfocarse en un solo aspecto del entrenamiento (@fingermash)

Esta visión reduccionista, según el entrenador, puede llevar a desequilibrios que afectan tanto el rendimiento como la salud a largo plazo. El objetivo, en cambio, es alcanzar un nivel alto y sostenido en todos los componentes, sin sacrificar ninguno por una mejora puntual en otro. McMillan propone que los atletas busquen ser “ocho de diez” en cada área, antes de intentar perfeccionar una sola dimensión.

Durante la conversación, McMillan abordó las diferencias entre velocistas y fondistas, desmitificando la idea de que los sprinters son siempre extrovertidos o extravagantes. Si bien figuras como Noah Lyles o Sha’carri Richardson destacan por su carisma y teatralidad, la mayoría de los velocistas, según McMillan, son personas tranquilas y reservadas. “La imagen del sprinter como showman es un mito; la mayoría son bastante calmados”, señaló.

En contraste, los atletas de fondo suelen ser percibidos como más disciplinados y obedientes, aunque McMillan observa que las diferencias de personalidad se han atenuado con el tiempo, en parte por la influencia de sistemas como la NCAA, donde predomina la obediencia a la autoridad del entrenador.

Mentalidad, presencia y el equilibrio entre ferocidad y fluidez

Uno de los aspectos centrales en la preparación de atletas de élite, según McMillan, es la capacidad de combinar máxima intensidad con total fluidez y presencia. “Tienes que tener máxima ferocidad y máxima fluidez; si no, no tienes ninguna oportunidad”, explicó. Los mejores resultados, afirma, se logran cuando el atleta está completamente presente, sin pensar en cada movimiento, permitiendo que la técnica internalizada se exprese de forma automática.

Para lograrlo, McMillan utiliza una variedad de estímulos emocionales y técnicos durante el entrenamiento, buscando que los deportistas asocien sensaciones y emociones específicas con patrones de movimiento eficientes. “La técnica y la coordinación son más determinantes que la fuerza o la capacidad física pura en la élite”, sostuvo en el Rich Roll Podcast.

Los errores comunes de los entrenadores

McMillan critica el modelo autoritario en el entrenamiento deportivo (Imagen Ilustrativa Infobae)

McMillan también identificó los errores más habituales entre los entrenadores, destacando la tendencia a tratar a los atletas como promedios y no como individuos. “El mayor error es no tratar a la persona como un individuo”, afirmó. Criticó el modelo tradicional en el que el entrenador actúa como una figura autoritaria, imponiendo su visión sin considerar las motivaciones y necesidades del deportista.

Según McMillan, este enfoque puede funcionar a corto plazo, pero no favorece una relación saludable ni un desarrollo sostenible. Propone, en cambio, un modelo donde el entrenador actúa como guía y facilitador, adaptando la metodología a las características y objetivos de cada atleta.

El rol de la tecnología y la ciencia en el entrenamiento moderno

La tecnología y la ciencia ocupan un lugar destacado en el método de McMillan. El uso de herramientas como cámaras, aplicaciones de análisis biomecánico y sistemas de inteligencia artificial permite medir variables clave como el tiempo de contacto, la frecuencia y longitud de zancada, y la coordinación general del movimiento.

“Coaching a este nivel requiere conocer estos datos”, explicó, aunque advirtió sobre el riesgo de depender exclusivamente de la tecnología y perder la capacidad de observación directa. Según McMillan, la integración de datos objetivos con la experiencia y el criterio del entrenador es fundamental para optimizar el rendimiento sin deshumanizar el proceso.

Aplicaciones para el público general: técnica y variabilidad del movimiento

Más allá del alto rendimiento, McMillan considera que los principios de su enfoque son aplicables a cualquier persona interesada en la salud y el bienestar. Destaca la importancia de mantener la capacidad de moverse de formas variadas y eficientes a lo largo de la vida, evitando la rigidez que impone la industria del fitness convencional. “La clave para la salud a largo plazo es la variabilidad y la adaptabilidad”, afirmó.

McMillan promueve un enfoque de salud aplicable a todos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Recomienda ejercicios como el skipping (saltos coordinados) para mejorar la coordinación y la movilidad, y sugiere prestar atención a la calidad del movimiento en cualquier actividad física. Además, subraya que la técnica y la conciencia corporal son tan relevantes para corredores recreativos como para atletas profesionales, ya que influyen en la eficiencia, la prevención de lesiones y el disfrute de la actividad.

En la parte final de la entrevista, McMillan reflexionó sobre el impacto del coaching en la vida y la identidad de los atletas. Reconoce que la obsesión por la excelencia puede ser poco saludable, pero considera que el autoconocimiento y la curiosidad son herramientas esenciales para encontrar un equilibrio. “La curiosidad es la cualidad más importante en un entrenador”, afirmó, y animó tanto a entrenadores como a deportistas a explorar sus capacidades y motivaciones de forma abierta y flexible.

Utilizó la analogía de un coche moderno con sistemas de asistencia para ilustrar cómo muchos entrenadores imponen límites innecesarios, en lugar de ayudar a los atletas a descubrir y potenciar sus habilidades únicas. Según McMillan, el verdadero éxito radica en la capacidad de adaptarse, aprender y mantener la curiosidad, tanto en el deporte como en la vida.

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