Los gestos silenciosos de Leandro Paredes en Boca Juniors que lo convirtieron en el líder del vestuario

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Leandro Paredes, líder absoluto del vestuario de Boca

Dentro del fútbol existen distintos tipos de liderazgos. El capitán con cinta, que queda a la vista de todos y está obligado a dialogar con el árbitro durante los encuentros. El capitán que no lleva brazalete y es igual de importante por las formas en las que ordena, acomoda y se comunica con sus compañeros. El que da la arenga previa a saltar al campo de juego. El que ilumina el camino del triunfo con goles o aportes en el campo de juego. Y el que es ponderado dentro del vestuario por sus compañeros por su don de unir al grupo. Leandro Paredes volvió a Boca para asumir estos compromisos.

Lejos de portar el brazalete de capitán de forma testimonial, el Paredes de 31 años que ya no es el pibito que daba sus primeros pases en la Bombonera bajo el ala de Juan Román Riquelme, asume la responsabilidad de tener la C atada en su bíceps. El 5 de Boca habla, grita, le come la oreja al árbitro de turno, se carajea con los rivales y, sobre todas las cosas, juega. Es una pieza fundamental para la remontada del equipo sobre esta recta final del año. Pero, pelota al margen, lleva a cabo un trabajo silencioso que es digno de ser contado.

Después del Superclásico ganado ante River, una de las imágenes que compartió Paredes en su cuenta de Instagram fue con Kevin Zenón, futbolista que supo ser figura en el equipo dirigido por Diego Martínez en 2024 y lentamente fue perdiendo nivel y protagonismo. Con contrato vigente y ofertas potables que no se concretaron en los últimos mercados, la dirigencia sabe que es uno de los nombres a recuperar. Claudio Úbeda lo lleva de a poco y le da minutos. Riquelme pretende que en 2026 “vuelva a ser”. Paredes lo mima dentro y fuera de la cancha.

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El ex Unión de Santa Fe fue uno de los jugadores que se reunieron entre semana antes del triunfo en octavos de final del Clausura contra Talleres en la casa del campeón del mundo. A la velada del miércoles por la noche también asistieron Miguel Merentiel, Lautaro Blanco, Lucas Blondel y Exequiel Zeballos (todos con sus respectivas parejas). Paredes no solamente es anfitrión en asados semanales a los que son invitados todos los integrantes de la plantilla boquense, sino que también ofrece sus instalaciones para cónclaves más íntimos.

Y si hay un futbolista que está transitando una evidente recuperación es el Changuito Zeballos. Con tres goles y dos asistencias en los últimos 7 partidos, el santiagueño atraviesa un estado de gracia que lo llevó a ser uno de los más reconocidos por el hincha de Boca en la Bombonera. Este nivel, en gran parte, se lo debe también a Leandro Paredes. “Me da mucha confianza y cariño, que era lo que necesitaba”, declaró el extremo luego del resonante triunfo ante Estudiantes en La Plata. “Siento orgullo por él. Desde que llegué, traté de que se sienta con confianza”, reconfirmó el 5 tras el Superclásico inolvidable de su compañero.

Uno de los detalles que no fue pasado por alto por los fanáticos boquenses durante el Superclásico ante River fue captado por una de las cámaras que estaban al ras del campo de juego, que registró el fraternal abrazo de Paredes a Agustín Marchesín justo durante el festejo del primer tanto del equipo de Úbeda convertido por Zeballos.

Cuando el primer tiempo se moría con un cero gigante, Milton Giménez movió sutilmente a Paulo Díaz y dejó correr la pelota para que el Changuito quedara mano a mano en el duelo con Lautaro Rivero, desenfundara con derecha y aprovechara el rebote de Franco Armani para adelantar a los suyos. Fue allí que el 5 de Boca, en lugar de correr hacia adelante para dirigirse al sector donde estaba el autor del tanto y la mayoría de los futbolistas fundiéndose en un abrazo con la gente, optó por dar media vuelta e ir al encuentro del arquero.

Esta celebración no fue espontánea ni casual. Y tuvo un capítulo anterior en la derrota con Defensa y Justicia en Florencio Varela, donde Marchesín quedó expuesto en los dos goles del rival: primero cometió un penal infantil y luego quedó a mitad de camino en un centro que cruzó toda el área y definió el match. Por este último tanto, que provino de una infracción en las inmediaciones del área de Boca que había sido cometida por Paredes, al cuestionado Marchesín le llovieron críticas de propios y ajenos.

Puertas adentro, Paredes habría recibido una sugerencia para que le brindara apoyo a quien atajó un penal clave el último partido ante Talleres de Córdoba. Esto se generó en un marco de confianza y sabiendo que el campeón del mundo tiene inmunidad total por parte del público. En el Boca Predio había quedado la sensación de que el campeón del mundo debería haberse responsabilizado por el segundo gol de Defensa para así eximir de culpas al arquero, que quedó bajo la lupa y pagó los platos rotos.

El contrato de Marchesín fue firmado hasta diciembre de 2026 y todo hace indicar que será considerado como titular para el cuerpo técnico de Úbeda (siempre y cuando sea confirmado) o el que sea designado por Riquelme y Marcelo Delgado para afrontar el año próximo. Respecto al apoyo de Paredes al actual DT, también se pueden sacar algunas conclusiones elocuentes. Desde hace tiempo, cuando Miguel Ángel Russo empezó a faltar a algunos entrenamientos y a los dos últimos partidos antes de su fallecimiento (Defensa y Newell’s), desde Ezeiza aseguraron que había un respaldo total para con el Sifón y Juvenal Rodríguez, tanto de parte de la directiva como del plantel. Todas las patas estaban conformes con el trabajo diario ofrecido y se tomó la decisión de respaldarlo al menos hasta fin de año, con el aval de Miguelo.

“¡Vamos Claudio!“, gritó al viento Paredes mientras abrazó sentidamente al DT inmediatamente después de que se terminara el partido ante River. Fue una muestra gratis de la banca que tiene Úbeda por parte de los jugadores y un adelanto de lo que puede llegar a ser el 2026 si a Boca se le dan los resultados en lo que queda del semestre, sabiendo que ya consiguió uno de los objetivos que tenía: clasificarse a la Copa Libertadores.

Leandro Paredes brilla, pero también se esmera en mejorar a quienes lo rodean. Aportó en la recuperación de Zeballos, quiere encaminar a Zenón, respaldó a Marchesín en su momento más crítico y dejó claro que el plantel valora el trabajo de Úbeda y el actual cuerpo técnico. Lo que se dice un líder todoterreno.

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