La sincera confesión de Kimi Antonelli luego de su primer año en la Fórmula 1: “Lloré y sufrí mucho”

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Kimi Antonelli tuvo su debut en la Fórmula 1 durante 2025 (REUTERS/Jeenah Moon)

El piloto italiano Kimi Antonelli cerró su primera temporada en la máxima categoría del automovilismo con Mercedes, un año marcado por intensos desafíos personales y emocionales, además de la expectativa de ocupar el sitio de Lewis Hamilton en uno de los equipos más competitivos de la parrilla de la Fórmula 1. Ante tamaña exigencia, el corredor de 19 años confesó que hubo momentos durante la temporada en los que llegó a llorar.

En declaraciones a La Gazzetta dello Sport, Antonelli subrayó que esta experiencia en la Máxima no solo ha forjado su carácter como corredor, sino que le ha permitido realizar un proceso de maduración que, según sus propias palabras, le será valioso en su incipiente carrera: “Lo más importante de esta temporada es que me ha permitido hacer un salto mental que me será útil en el futuro”.

Durante los meses más difíciles, especialmente en el tramo medio de la temporada, Antonelli confesó haber sentido una gran presión, hasta el punto de experimentar dudas profundas sobre sí mismo y su rendimiento.

Antonelli ocupó el luhar que dejó Lewis Hamilton en Mercedes (REUTERS/Jakub Porzycki)

“Lloré. Durante ese período difícil, lloré mucho. Sufrí mucho, sobre todo mentalmente, porque empecé a dudar de mí mismo. Llegas a la Fórmula 1, es el sueño de tu vida, por el que has trabajado tanto, y después de un gran comienzo de temporada, empiezas a sentir que no lo estás haciendo tan bien como te gustaría. Fue duro. También extrañé la serenidad y la claridad que tienen los pilotos más maduros que yo para gestionar un momento difícil”, confesó el joven.

La figura de Toto Wolff emergió como elemento determinante en la trayectoria de Antonelli, ya que confió en él desde sus primeros años, acompañando su ascenso y consolidándose como su principal apoyo. El italiano relató sobre el vínculo que los une: “Toto me conoce desde que era niño y tenemos una relación especial que este año se ha fortalecido. Ha sabido motivarme y también ser duro conmigo cuando lo necesitaba”.

A lo largo de la temporada, Antonelli logró consolidar momentos de satisfacción. Su debut en Melbourne fue especialmente emotivo: “En la parrilla, antes de la salida, comprendí que mi sueño se estaba haciendo realidad”. A esos hitos sumó la primera pole position obtenida en la Sprint de Miami, el podio inaugural en Canadá, la segunda posición en Brasil y una actuación destacada en Las Vegas, donde, según aseguró, fue capaz de afrontar la carrera dejándose llevar únicamente por su instinto, una capacidad cuya adquisición consideró fundamental a lo largo de este año.

Andrea Kimi Antonelli y su compañero en Mercedes George Russell (REUTERS/Jakub Porzycki)

El joven piloto reconoció que la adaptación a la máxima categoría del automovilismo implicó aprender a confiar más en su propio criterio y mantener la concentración lejos de la obsesión por el resultado: “No sabía confiar en mi instinto. He aprendido a escucharme más, incluso al conducir, y a mantenerme enfocado sin pensar solo en el resultado final”. Este aprendizaje se vio reforzado por el regreso a la antigua suspensión trasera del monoplaza y por una reunión clave tras el Gran Premio de Monza con Toto Wolff y su ingeniero, Bono, quienes le ayudaron a comprender la necesidad de hacer un verdadero “reset” mental.

Respecto a su compañero George Russell, destaca una competencia saludable dentro de Mercedes: “La relación se ha transformado durante el año, porque siempre quieres superar a tu compañero, pero esa competencia sana es positiva para el equipo”. Con la mirada puesta en las futuras regulaciones de 2026, Antonelli observa un entorno de profunda incertidumbre respecto al rendimiento de los rivales y valora el tiempo que dedica en la fábrica en Inglaterra, entre el túnel de viento y el simulador, participando activamente en la evolución del nuevo monoplaza.

Con una temporada exigente a sus espaldas, Antonelli aprovechará los días libres para descansar en casa en Italia con la familia y prepararse cuanto antes para 2026. Su mayor deseo, expresado de cara a la próxima campaña, es contar con un auto capaz de competir al frente de la parrilla: “Tener un coche que nos permita luchar en cabeza, ganar carreras y quizá, quién sabe, pelear por el Mundial. El equipo está trabajando mucho para ofrecernos el mejor monoplaza y dependerá de mí hacer el resto”, concluyó el piloto italiano a La Gazzetta dello Sport.

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