La inquietante experiencia de un campeón con Boca con la mafia siciliana

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Pablo Álvarez, ex defensor argentino de extensa trayectoria en el fútbol local e internacional, compartió una anécdota que expone el costado menos conocido del fútbol italiano. En diálogo con el programa No es para tanto, emitido por TNT Sports, el defensor recordó un episodio tenso vinculado con la Cosa Nostra, la organización mafiosa de Sicilia, durante su etapa como jugador del Catania.

Álvarez, de 41 años, surgió de las divisiones juveniles de Boca Juniors, donde debutó en Primera y se coronó campeón del Apertura 2003, la Copa Sudamericana 2004 y la Copa Intercontinental 2003. Tras un ciclo en Estudiantes, donde integró el plantel que logró el Apertura 2006, su destino lo llevó a Europa. En la Serie A de Italia, Catania fue el club donde más continuidad tuvo: allí jugó siete temporadas repartidas en tres períodos diferentes y disputó 123 partidos oficiales.

La anécdota relatada tiene lugar en el tramo final de su estadía en Sicilia. Álvarez explicó que decidió no renovar su contrato por diferencias con la dirigencia del club: “Estuve muchos años en el club y tomo la decisión de no renovar, porque veía cosas que no me estaban gustando y no me sentía respetado por los dirigentes”. Según relató, luego de comunicar que no seguiría, el director deportivo le informó que debería seguir entrenando pero ya no sería tenido en cuenta por el equipo.

Pablo Álvarez durante su paso por Catania de Italia

Frente a este contexto, Álvarez optó por aprovechar esos meses fuera de convocatoria para pasar tiempo en familia y con amigos en la isla. “Me tomé esos meses como unas vacaciones. Iba a la playa con mi familia, había llevado a mis amigos”, recordó. Sin embargo, la tranquilidad se vio abruptamente interrumpida por un incidente en una plaza de Sicilia que quedaría grabado en su memoria.

“Andaba en una plaza y se acerca una persona con lentes. Muy educadamente se me acerca, se baja los lentes y me dice ‘¿Sabés quién soy?’. Le digo que sí. Me dice ‘Bueno, te voy a pedir por favor que te retires con tu familia, no hagamos que esto pase a mayores’. Era una persona importante de la isla. Me recontra cagué todo y me tuve que ir”, relató Álvarez con franqueza. Si bien el ex futbolista prefirió no mencionar nombres, dejó en claro que se trataba de un referente vinculado tanto al club como a las estructuras de poder locales.

La reacción de Álvarez ante la amenaza fue instantánea. “Se me acercó a mí, no a mi familia. Se bajó los lentes y me dijo andate. Me di media vuelta y me fui. Esa fue la experiencia más picante que tuve”. Aunque la situación no pasó a mayores, el tono de la advertencia y el perfil del interlocutor dejaron poco margen para la duda acerca de la seriedad del mensaje.

El defensor argentino tuvo tres etapas en Catania, separadas por breves pasos por Rosario Central y Zaragoza. Pese a su prolongada presencia, nunca convirtió goles para el conjunto siciliano, aunque sí brindó dos asistencias. Su carrera, tras el regreso a la Argentina, incluyó un nuevo ciclo en Rosario Central y pasos por Racing, Huracán y Arsenal.

El fútbol italiano, particularmente en el sur del país, históricamente ha mantenido una relación particular con las redes de poder locales. El relato de Álvarez expone el nivel de influencia que ciertas figuras pueden ejercer sobre la vida cotidiana de los jugadores.

“Sicilia, ¿entendés? Lo que ves en las películas, muy parecido”, manifestó Álvarez, describiendo la experiencia como una escena sacada de un film.

Vale destacar que el presente de Catania hoy dista demasiado de la época dorada que vivió durante el paso del futbolista argentino. Tras el descenso en 2014 vivió una dura crisis tanto deportiva como económica, que derivó en la bancarrota y una refundación. Actualmente compite en la Serie C bajo el nombre de Catania Football Club.

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