El inicio de la colaboración entre Red Bull y Ford en el desarrollo de motores para la Fórmula 1 supondrá un desafío considerable para la escudería, que deberá afrontar una etapa de adaptación en la que los resultados podrían no ser inmediatos.
Según el periodista John Noble del sitio especializado The Race, aunque el proyecto de motor de Red Bull, reforzado por la incorporación de numerosos ex empleados de Mercedes, no se encuentra en una situación crítica, las fuentes consultadas advierten que el equipo podría atravesar ciertas dificultades en los primeros compases de esta nueva era.
La motorización es clave y este escenario cobra especial relevancia ante el inminente cambio de reglamento previsto para 2026, cuando la escudería de Milton Keynes estrenará su propio propulsor en un contexto técnico completamente renovado.
En el cierre de la última temporada, Red Bull consolidó su posición como uno de los equipos más veloces, con una actuación destacada en Abu Dhabi que permitió a Max Verstappen quedarse a tan solo dos puntos de conquistar el título. Sin embargo, ese impulso positivo solo se mantendrá hasta las primeras pruebas de 2026, momento en el que la realidad de competir con un motor completamente nuevo se convertirá en el principal desafío.
El jefe de equipo, Laurent Mekies, quien asumió el liderazgo tras la salida de Christian Horner en julio, dialogó con Sky Sports y aseguró que Red Bull llevará las reglas de la F1 “hasta el límite y a veces más allá”.
Mekies subrayó que, bajo su dirección, el equipo mantendrá una actitud agresiva en pista, pero sin perder el respeto por la competencia. “No sé si quieres llamarlo el límite o no. Creo que tuvimos una pelea muy fuerte, pero justa y limpia (con McLaren). Y así es como corremos, lo llevamos todo al límite. Pero, sin duda, respetamos la competencia”.
El mencionado team-manager aclaró que “no se equivoquen, todo se lleva al límite, y a veces incluso más allá. Pero cuando se trata de justicia deportiva y respeto a las competiciones, creemos que podemos lograr ambas cosas: estar al límite y ser respetuosos con la competición”.
La llegada de Mekies, quien cuenta con una trayectoria de 25 años en la F1 y experiencia en equipos como Ferrari y en la FIA, generó expectativas sobre un posible cambio en el estilo de gestión de Red Bull. Su reputación como figura respetada y con sólidas relaciones en el paddock llevó a algunos observadores a considerar que la escudería podría adoptar un enfoque diferente al que caracterizó a Horner, quien dirigió al equipo desde su ingreso a la categoría en 2005 y se destacó por su competitividad y frecuentes disputas con otros jefes de equipo.
El horizonte de 2026 marcará una transformación profunda en la F1, con un reglamento que obligará a todas las escuderías a adaptarse a nuevas condiciones técnicas. Los monoplazas y neumáticos serán más pequeños, el motor eléctrico igualará en potencia al de combustión, y tanto los alerones delanteros como el trasero serán móviles. Además, se reducirá la carga aerodinámica y el efecto suelo, lo que modificará el comportamiento de los autos en curva, y se implementarán combustibles sintéticos con el objetivo de disminuir la contaminación. Las escuderías, incluida Red Bull, han comenzado a trabajar desde el inicio de la temporada actual para afrontar con éxito estos cambios estructurales.



