En el LoanDepot Park, un partido de la Major League Baseball (MLB) entre los Philadelphia Phillies y los Miami Marlins se vio interrumpido en las gradas por un episodio fuera de lo común. Una aficionada del equipo visitante identificada por fanáticos como “Phillies Karen”, provocó polémica al exigir agresivamente una pelota de un home run que había quedado en manos de un niño.
El incidente, capturado en video y difundido en redes sociales, generó una ola de reacciones negativas hacia la fanática, cuyo comportamiento ya ha originado apodos como “Krazy Karen” y “Karen Hall of Fame”. Tal como se pudo ver en la transmisión oficial del partido, que rápidamente se propagó por internet, el episodio ocurrió cuando el jardinero Harrison Bader conectó un cuadrangular. La pelota salió hacia el jardín central, donde Drew Feltwell, simpatizante de los Phillies, corrió junto con otros asistentes hasta conseguir la pieza. Feltwell entregó la bola a su hijo, Lincoln, quien celebraba su cumpleaños.
El ambiente festivo dio paso a la tensión cuando la mujer, que se encontraba cerca y también animaba al equipo visitante, se aproximó al padre y a su hijo para reclamar que la pelota le pertenecía. “¡Eso era nuestro!”, increpó la aficionada al hombre, según las explicaciones posteriores que dio el padre. La presión continuó hasta que el hombre accedió a entregar la pelota a la mujer frente a su hijo. “Me gritó al oído: ‘¡Esa es mi pelota!’, súper fuerte. Me dio un susto… sólo quería que se fuera”, relató Feltwell en diálogo con NBC10 Philadelphia.
Las imágenes grabadas tambión por aficionados desde las gradas no tardaron en viralizarse. Cientos de usuarios calificaron la actitud de la mujer como insensible y egoísta. “Me la quitaste. Estaba en mi mano”, exclamó la aficionada, según uno de los testigos, insistiendo en su versión a pesar del desacuerdo del resto de presentes.
Tras la entrega forzada de la pelota, la situación se transformó en un ejemplo de indignación colectiva. Frases como: “¡Muy bien hecho! ¡Qué vergüenza esa fan por su arrogancia y egoísmo! Me alegra que los Phillies y los Marlins hayan intervenido y hayan manejado esto con clase”, inundaron las plataformas digitales.
La organización de los Miami Marlins no tardó en actuar. Según se pudo ver en las redes sociales, una representante del equipo local se acercó posteriormente a Lincoln y a su familia en las tribunas para entregarles un paquete de regalos. Dentro de la bolsa había artículos del equipo y una pelota de béisbol, junto con palabras de ánimo y reconocimiento al niño. “Vi lo que pasó, no estuvo bien”, expresó el miembro del club, cercano a la familia afectada.
La respuesta solidaria se extendió al equipo visitante. Finalizado el partido, el propio Harrison Bader, responsable del batazo que provocó la disputa, invitó a Lincoln y a su familia a encontrarse con él. Bader hizo entrega al pequeño de un bate autografiado en reconocimiento a su cumpleaños, un hecho que los Phillies difundieron en sus redes sociales: “Me voy a casa con un bate autografiado de Bader”.
Mientras la polémica se alzaba fuera del terreno, en el plano deportivo los Phillies lograron imponerse a los Marlins por 9-3, resultado que consolidó la buena racha de la novena de Filadelfia. El lanzador Cristopher Sánchez firmó siete entradas con apenas una carrera admitida, seis imparables y cinco ponches, apuntándose así su duodécima victoria del año.
El incidente se suma a una serie de episodios recientes de disputas por objetos de valor sentimental en eventos deportivos estadounidenses. Durante el reciente US Open en Nueva York un hombre quitó la gorra firmada de un tenista a un niño que acababa de recibir el obsequio.