El fútbol argentino está de luto tras la muerte de Juan Carlos Carone, una de los ídolos de Vélez Sarsfield y protagonista en el plantel que le dio el primer título a la institución de Liniers, en el Torneo Nacional de 1968.
Este viernes, Vélez informó que Pichino Carone falleció a los 83 años y recordó que el delantero dejó un legado imborrable al ser el séptimo máximo goleador en la historia del club, con 75 tantos en 149 partidos, siendo además una de las personalidades más queridas por la hinchada velezana.
Pichino, como se conocía popularmente al jugador nacido en la Ciudad de Buenos Aires, no solo destacó por su capacidad goleadora, sino también por su carisma y su estilo irreverente dentro y fuera de la cancha. En el Torneo de Primera División de 1965, se consagró como máximo artillero con 19 goles, consolidándose como una pieza clave en el equipo. Tres años después, en 1968, formó parte del primer plantel campeón en la historia del club, un logro que marcó un antes y un después para la institución velezana.
El legado de Carone no se limita a sus estadísticas. Su personalidad lo convirtió en una figura inolvidable para los hinchas y en un personaje que despertaba tanto admiración como rivalidad. Entre las anécdotas que lo inmortalizaron en el fútbol argentino, destaca el episodio en el que le quitó la gorra al legendario arquero de River Plate, Amadeo Carrizo, un gesto que reflejaba su picardía y su capacidad para generar momentos memorables en el campo de juego.
El Fortín dio a conocer la noticia en sus redes sociales y escribió un sentido mensaje: “Lamentamos profundamente el fallecimiento de Juan Carlos Carone, eterno goleador y campeón con Vélez del recordado Nacional 1968. Hasta siempre, Pichino“. Rápidamente, el posteo se llenó de respuestas de hinchas del club que lamentaron su fallecimiento.
En aquel campeonato de 1968, en el que el equipo que comandaba Manuel Giúdice, Vélez se consagró campeón al ganar el triangular que lo enfrentó con River y Racing. En aquel conjunto de Liniers brillaban Carlos Bianchi, Daniel Willington y Oscar Wehbe, entre otros.
El goleador también era conocido por su cercanía con el barrio de Villa Luro, donde solía caminar por calles como Ramón Falcón, Rivadavia y Escalada. Allí, los vecinos y fanáticos lo reconocían y se detenían a conversar con él sobre “su” Vélez, un club al que dedicó su carrera y su pasión. Su conexión con la hinchada quedó plasmada en el cántico que resonaba en las tribunas: “¡Pichino, Carone, la barra quiere goles!”.
El club Vélez Sarsfield expresó su pesar por la pérdida de una de sus glorias más queridas y envió sus condolencias a los familiares y amigos de Carone. En un comunicado, destacaron su entrega por la camiseta del club y su impacto en la historia del fútbol argentino. “Lo recordaremos por sus goles, por los duelos ganados y por dejar todo por la V Azulada”, señalaron.
Carone debutó en Primera División el 5 de agosto de 1962 con la camiseta de Atlanta, en un encuentro frente a Gimnasia en La Plata. Un año después, por cuestiones económicas del Bohemio, llegó a Vélez donde jugó hasta finales de 1969. Luego de un paso por Racing, se fue al Veracruz de México, club que marcó su retiro profesional.
En una entrevista con Vélez Magazine, dio detalles de sus características: “Jugaba sobre la izquierda pero era diestro, mi fuerte no era el desborde sino la diagonal. A los defensores les molesta retroceder, hacía chocar al 4 con el 2, trataba de no encimarme con el delantero de punta nuestro y aprovechaba ese espacio para convertir”.
La partida de Carone deja un vacío en el fútbol argentino, pero su legado como goleador, campeón y figura carismática perdurará en la memoria de los hinchas y en la historia de Vélez Sarsfield.
