La Fórmula 1 es apasionante por donde se la mire: 20 pilotos de distintos puntos del planeta se suben a los vehículos más rápidos en busca de resultados. Este mundo que maneja millones de dólares, glamour, status, talento y estrategias, entre muchas cosas, también cuenta con historias personales que trascienden el deporte. Una de ellas es la de Enzo Ferrari, quien murió en 1988 sin que nadie supiera que tenía una extensa vida paralela a la de su matrimonio.
Enzo Ferrari logró que la marca de automóviles sea un sinónimo de lujo, status y diseño tanto en la industria automotriz como en la Fórmula 1. El “Commendatore” murió a sus 90 años, el 14 de agosto de 1988, y dejó atrás un matrimonio y un amor platónico oculto durante años. Se trataba de la actriz y modelo, Fiamma Breschi, viuda del piloto de la escudería, Luigi Musso, quien falleció en un accidente durante el Gran Premio de Francia de 1958.
Para ese momento, Enzo mantenía dos relaciones paralelas: una oficial con Laura Dominica Garello, su esposa y madre de su hijo Dino, y la otra clandestina con Lina Lardi, madre de su otro hijo, Piero, quien actualmente posee el 5% de Ferrari.
La relación matrimonial se vio afectada cuando a Dino lo diagnosticaron con atrofia muscular a sus 13 años. En vez de unirlos, esto los alejó, y el empresario comenzó a tener relaciones paralelas de manera discreta para evitar los escándalos. En 1956, el hijo mayor murió por esta enfermedad, y Enzo decidió que Piero heredaría su imperio.
En cuanto al vínculo con Fiamma, siempre fue meramente social, al tratarse de la esposa de uno de los pilotos favoritos de Ferrari. Una vez fallecido el corredor, Enzo se puso a disposición para consolar a la mujer que sentía culpa por la muerte de su esposo. En aquel trágico Gran Premio de Francia de 1958, ella se tardó hablando en el paddock con otra actriz y no logró llegar a tiempo para que su marido haga dos de sus cábalas favoritas: que le limpie la antiparra y que lo salude. Aquella noche, intentó quitarse la vida, pero Beba Berruet, en aquel entonces pareja de Juan Manuel Fangio, la salvó de que saltara desde el balcón del hotel.
En esas largas tardes de conversación, en las que Enzo y Fiamma expresaban su dolor por la pérdida de un ser muy querido, él se transformó en alguien de confianza para ella y comenzaron una relación que duraría 20 años. Una prueba viva de ello fueron las cartas que remataron dos años después de que ella falleciera, en el 2017. En las mismas, el dueño de Ferrari le escribía con el encabezado: “Querida, mi futura señora”. Mientras Enzo quería casarse, la actriz no quería que se concretara la relación, ni siquiera en lo físico, por lo que todo era un amor platónico para él.
“Enzo Ferrari me cortejó incesantemente durante más de 20 años, me propuso incluso que me casase con él, pero yo no acepté, tal vez por miedo, porque Enzo era un hombre que pretendía todo y yo quería conservar a cualquier precio mi independencia”, relató Fiamma en la biografía no autorizada “El Otro Ferrari”.