Un zumbido persistente en los oídos, sin fuente externa aparente. Esta sola oración puede resumir lo que, para muchas personas, es algo más que una simple molestia. Se trata del tinnitus, una condición que, por su persistencia, se convierte en una carga diaria que afecta la concentración, el sueño, la salud emocional y la calidad de vida.
También conocido como acúfeno, este término se utiliza, en algunas ocasiones, para referirse a la condición en su forma temporal, aunque de igual modo se aplica para casos persistentes. En tanto, tinnitus generalmente se asocia con una condición crónica. De todos modos, vale aclarar que muchas veces ambos términos se emplean como sinónimos.
Lo cierto es que cada 25 de abril, con motivo del Día Mundial de las Personas con Acúfenos, se busca sensibilizar a la sociedad sobre esta condición muchas veces minimizada, pero que afecta a millones en todo el mundo y que se define como la percepción de un sonido que no proviene del entorno y que solo es audible por quien lo experimenta.
Como señalan los expertos de Mayo Clinic, “el sonido que sientes cuando tienes tinnitus no es externo y otras personas no lo escuchan”, lo que muchas veces lleva a quienes lo padecen a sentirse incomprendidos o ignorados.
Un metaanálisis estimó que aproximadamente uno de cada cien individuos comienza a experimentar acúfenos cada año. En total, el 14% de los adultos convive con esta condición, mientras que un 2% lo hace de forma tan intensa que interfiere significativamente en su vida diaria.
El estudio también muestra que el riesgo de padecerlo aumenta con la edad: afecta al 10% de los adultos jóvenes, al 14% de quienes están en la mediana edad y llega al 24% en los adultos mayores. No se encontraron diferencias entre hombres y mujeres, pero sí una clara relación con el envejecimiento.
¿Qué es el acúfeno y cómo se manifiesta?
El acúfeno puede describirse como un zumbido, pitido, rugido, siseo o incluso un sonido pulsante que se percibe en uno o ambos oídos, o dentro de la cabeza, según explican desde la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su intensidad y frecuencia varían según cada caso.
La Mayo Clinic detalla que “en la mayoría de las personas con tinnitus, es subjetivo. Es decir, solo lo escucha esa persona”, y añade que puede “variar de tono, desde un rugido bajo hasta un chillido alto”, lo que afecta en ocasiones la capacidad para concentrarse o escuchar sonidos reales.
La licenciada Yanina Sitzer, fonoaudióloga especializada en acúfenos e hipersensibilidades auditivas (M.N. 8067), destalló que “puede estar presente todo el tiempo o aparecer y desaparecer”.
En diálogo con Infobae, la especialista también explicó cómo se detecta clínicamente: “El acúfeno es un síntoma que se diagnostica en consulta, cuando el paciente refiere tener un zumbido en el oído que no viene de ninguna fuente externa sino de su propio cuerpo. Hay cuestionarios puntuales para clasificar el grado de malestar que produce en el paciente”.
Además, precisó que “audiometría, logoaudiometría, timpanometría, acufenometría son algunos de los que se suelen pedir. Pero será criterio médico (otorrinolaringólogo) si debe solicitar algún estudio más de acuerdo a cada caso”.
Prevalencia, causas y factores de riesgo
Las causas del acúfeno son múltiples y, en algunos casos, no se logran identificar con precisión. La pérdida auditiva, tanto por envejecimiento como por exposición prolongada a ruidos fuertes, es una de las principales.
Según la OMS, más de 1.000 millones de personas de entre 12 y 35 años están en riesgo de perder la audición debido a escuchar música y otros sonidos en volumen muy alto. Este tipo de daño, acumulativo e irreversible, es uno de los factores asociados a la aparición de tinnitus.
Sitzer señaló que “la causa más frecuente es presentar pérdida auditiva, pero también puede relacionarse con la exposición a ruido intenso y/o a problemas en la articulación temporomandibular (la que conecta la mandíbula con el cráneo, justo delante del oído), alteraciones a nivel de la columna, alteraciones metabólicas, estrés y, alergias, entre otras”.
También destacó que entre el 1 y 2% de quienes padecen esta condición la describen como “una dolencia incapacitante”. En este sentido, añadió: “La mayoría de los pacientes que tiene acúfeno molesto (aproximadamente el 20% de los pacientes con acúfenos), manifiestan un alto impacto del zumbido en la calidad de vida. Se registran episodios de ansiedad, depresión, insomnio, cambios en las relaciones sociales y un impacto en el ámbito laboral”.
Por su parte, la Mayo Clinic menciona factores adicionales como infecciones del oído, obstrucciones por cera, lesiones craneales, ciertos medicamentos, enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple y afecciones vasculares.
Abordaje terapéutico y estrategias de prevención
No existe una cura definitiva para los acúfenos, pero sí múltiples estrategias para aliviar sus síntomas y mejorar la calidad de vida. Sitzer detalló: “Existen diferentes tratamientos. Al ser un síntoma tan variable no hay un único tratamiento para todos los tipos de acúfeno”. Y enumeró: “Terapias sonoras, terapia cognitivo-conductual, neuromodulación, fármacos específicos, entre otros”.
Indicó que las terapias sonoras “promueven la habituación al acúfeno a través de la estimulación con sonido y del consejo terapéutico”, y pueden aplicarse “con dispositivos ambientales, prótesis auditivas, generadores de sonido o reentrenamiento auditivo (TRT)”.
La OMS promueve acciones preventivas a nivel institucional y personal. En su norma internacional para la escucha segura en lugares de entretenimiento establece, entre otros puntos, un nivel sonoro medio máximo de 100 decibelios, monitoreo de los niveles acústicos, provisión de protección auditiva al público y zonas de descanso. También sugiere a los gobiernos legislar en favor de estas prácticas, y a la sociedad, educar a los jóvenes sobre el riesgo de la pérdida de la audición.
En la misma línea, la Mayo Clinic aconseja “usar protección auditiva”, “bajar el volumen” de los dispositivos personales, “cuidar la salud cardiovascular” y “limitar el consumo de alcohol, cafeína y nicotina” como formas de reducir el riesgo. Sitzer, por su parte, subrayó la importancia de las consultas periódicas: “Es fundamental realizar controles auditivos, hacer estudios audiológicos y consultar al especialista en acúfenos”.
También remarcó que “es importante hacer hincapié en que un oído con prevención tiene menos chances de desarrollar un acúfeno». “Si usás auriculares con regularidad, hacé ajustes en el volumen y en el tiempo de uso. Si el acúfeno está presente y te molesta, hacer una consulta puede ayudar a que no se agrave el síntoma porque cuantos más pensamientos catastróficos aparecen más se acentúa”, agregó.
La visibilización pública es otra herramienta poderosa. “Hablar sobre acúfenos y sobre las posibilidades de tratamiento es muy importante para darle visibilidad a este síntoma que parece ser invisible, pero que no lo es”, concluyó Sitzer.
