Las confesiones de Canapino tras su quinto título de TC: el secreto de su contundencia, en qué lo ayudó la IndyCar y su apoyo a Colapinto

0
4

Agustín Canapino se sentó en la mesa de los grandes del Turismo Carretera. Conquistó su quinto y alcanzó a Oscar Gálvez, quedó a uno de Juan María Traverso y Guillermo Ortelli, y a cuatro de Juan Gálvez. El próximo 19 de enero cumplirá 36 años y tiene margen para poder batir todos los récords en la categoría más importante de Argentina. De momento, ya es el piloto más laureado en pista con 17 cetros (uno más que Traverso) y puede sumar otro este fin de semana en la TC Pick Up. Serían un cetro por temporada disputada si se computan las 18 completas desde su debut en 2006, ya que en 2023 y 2024 corrió en la IndyCar y de forma parcial compitió en nuestro país.

Su historia es de película ya que por falta de presupuesto nunca corrió en karting y de los simuladores saltó a los autos de turismo, con apenas 15 años. De aplastar en el plano nacional con autos de 450 caballos de potencia, pegó el salto a 750 HP de la mencionada categoría estadounidense, la más importante del mundo a nivel monopostos después de la F1. En agosto del año pasado regresó y se incorporó al equipo Canning Motorsport de TC. Agustín elevó la vara pues ganó en cada divisional en la que corrió: además de la octogenaria categoría, en el presente ejercicio también fue campeón en la flamante Turismo Carretera 2000 y venció en la última carrera de la Clase 3 de Turismo Nacional. Infobae habló con el Titán de Arrecifes, quien respondió a todo.

-¿Por qué fuiste tan contundente?

-Es todo el trabajo que venimos haciendo desde que volví de Estados Unidos. Cuando volví en aquella carrera de Buenos Aires (agosto de 2024) con la Chevy, que fui segundo en clasificación y tercero en final. Luego empecé con el Camaro, que de movida ya clasifiqué tercero y terminamos el año siendo segundos, haciendo la pole y viniendo primeros hasta un abandono en la última del año pasado. Arrancamos haciendo la pole este año. Me refiero a que siempre estuvimos muy firmes y contundentes. Sumado a eso, terminamos de ajustar un montón de detalles de nuestro conjunto, auto, motor, equipo, y yo ganando cada vez más confianza con el manejo, para llegar a un nivel que fue tremendo y nos permitió hacer un 2025 soñado.

-¿En cuánto te ayudó la experiencia en Estados Unidos?

-Sinceramente no considero que haya nada por ahí. Lo que sucedió es porque tuvimos todos los planetas alineados: un auto letal, un equipo contundente, un motor excelente y se ejecutó la perfección.

Rumbo a la gloria con el Chevrolet Camaro (Prensa: ACTC)

-Entonces, ¿el paso por la IndyCar, no incidió para que hayas tenido este rendimiento en esta temporada?

-Es que la diferencia no la hizo Agustín Canapino, la diferencia la hace el conjunto, el equipo. Este es un deporte de equipo, son carreras de autos y, por supuesto, que en algo seguramente a mí me puede haber ayudado a nivel profesional y personal, sin dudas. Porque estar a ese nivel (la IndyCar) seguramente en algo me pudo haber ayudado. Pero la clave es el equipo que hemos formado y el auto que hemos tenido.

-¿Cuál fue la carrera clave en la temporada?

-No hubo una puntual. Vi que de movida teníamos un potencial muy bueno. Tuvimos algunos baches en dos carreras con abandonos. La mala suerte en Neuquén, que agarramos un pole (mejor tiempo clasificatorio) y se suspendió la final (NdR: por fuertes vientos). Después algunas cositas menores que sucedieron, pero siempre con un auto muy bueno y tenía fe en que cuando se alinearan los planetas, todo se iba a poder mostrar en pista y así terminó siendo así.

-¿Es verdad que a tu motorista, Martín Costanzo, lo conociste en una video llamada?

-(Risas) Sí, o sea, no lo conocía personalmente a Martín. Es diez puntos. Lo vi enseguida con muchas ganas y entusiasmo. Él mismo era consciente que estaba tomando un desafío grande, pero se tenía mucha fe. Era una jugada de enorme magnitud, que a veces sale, puede salir mejor o peor, pero lo importante es que tuvo siempre buena voluntad y la predisposición para intentarlo. Fue una apuesta cien por ciento de Gustavo Lema (dueño del equipo). Confío en Martín para poder iniciar este proyecto, porque veníamos de algunas situaciones que nos obligaban a tomar un camino distinto. Yo apoyé cien por ciento la visión de Gustavo, sin conocerlo a Martín, confié en él. Y vaya a ver si tuvo resultado.

En agosto del año pasado, cuando de mutuo acuerdo se desvinculó del equipo del argentino Ricardo Juncos de IndyCar, vivió un cambio abrupto ya que estaba instalado en los Estados Unidos con su pareja, Josefina Di Palma, su gran compañera de siempre. Hasta habían comprado muebles y averiguaron para sacar un préstamo hipotecario y comprarse una casa. Pero la pareja debió regresar a su Arrecifes natal. Se casaron y Agustín volvió a frecuentar uno de los lugares donde más lo quieren, la parrilla de su amigo Quique Fernández. Allí se tejieron historias desde su época de adolescente, cuando su padre, el recordado Alberto Canapino, no quería que fuese piloto. Sin embargo, las ganas de aquel chico y lo demostrado en pista sobre un Renault de la Copa Mégane, donde fue campeón con 17 años, convencieron al renombrado chasista.

-¿Qué pasó con la carta en la parrilla donde anticipaste tu coronación?

-Escribí una nota en la que le puse que íbamos a salir campeones. La firmé, la guardé en un sobre y le pedí al dueño de la parrilla, Quique Fernández, que lo abra después de la final de La Plata (última fecha). Le agradezco a Quique que puso la parrilla, su lugar de trabajo y a toda su gente para hacer un fiestón. Le dediqué esa nota porque es mi amigo y para homenajear a sus padres y a su hermana, que los perdió hace poco, así que fue un momento muy emocionante poder compartirlo con él.

-¿Practicaste con tu simulador en esa parrilla?

-Durante mucho tiempo. Yo lo había llevado un simulador a la parrilla y nos juntábamos a jugar ahí, a pasar un buen día y le hemos dedicado unas cuantas horas. A él (Quique) le gusta mucho el automovilismo, era piloto de karting cuando era más joven y somos apasionados de las carreras.

-¿Cómo viviste la situación del primer título en TC sin tu papá?

-Para mí ningún título fue sin mi papá, porque yo a mi viejo todavía lo siento presente de alguna manera. Yo soy parte de él, soy la continuación de él y lo tengo muy presente. Así que fue sin él físicamente, pero de algún lado lo siento conmigo y soy fruto de él permanentemente.

-¿Cuánto de lo que aprendiste en lo técnico con tu papá lo metiste en tus autos en los últimos años?

-Muchísimo. Aprendí todo de él y fui con el tiempo cada vez adquiriendo más conocimiento. Al compartir equipo con él era un aprendizaje constante. Aprendí muchas cosas de la forma de trabajar y cosas técnicas. En mi caso, no es que estoy solo haciendo todo, al contrario, tengo a Ariel Lucesoli, Serafín Sarasúa y el año que viene se incorporará Guille Cruzzetti. También está Juan Lucero, que son todas las personas que consulto y me asesoro para poder llevar adelante mi auto. Es un equipo de personas muy capaces que me ayudan a que las cosas funcionen.

-Con tu conocimiento técnico, ¿qué le cambiarias a los autos de TC para que haya más sobrepasos?

-Yo lo veo diferente. A mí me parece que el TC está muy bien, siempre ofrece buenas carreras, siempre hay sobrepasos en algún lugar del pelotón. De hecho, este fin de semana vimos a Chapur (Facundo) haciendo maniobras espectaculares en un circuito que es difícil de pasar. Este año hubo buenas carreras como la lucha que tuvimos con Matías (Rossi) en San Nicolás. O en Calafate entre Chapur y Trucco (Juan Martín) y también en Termas de Río Hondo con Agrelo (Marcelo) y Lambiris (Mauricio). También depende un poco de los circuitos a donde vamos. Tenés un partido “0-0 y otro 4-3”, va variando y es deporte. Obviamente, por ahí algunos pretenden mucho más. Entiendo que un nivel como el que tenemos de TC, con la calidad de pilotos y autos, es altísimo y eso va un poco en contra de que los coches se pasen a cada rato. Eso es más para categorías de otro perfil y de otra manera. Acá están los mejores pilotos y tenemos súper autos. Los espectáculos a veces salen mejor o peor. En definitiva, siempre pongo el mismo ejemplo: la F1 es una categoría muy lineal, muy monótona y, sin embargo, es la categoría más mirada y con más inversión del mundo. Es prestigiosa, es importante y está bien mostrada. El TC está en ese camino y me parece que, así como está, está bien y es cuestión de poder disfrutar lo que tenemos, que es un producto de mucha calidad y mucho nivel.

-¿Cómo fue aquel cambio abrupto cuando no pudiste seguir en la IndyCar?

-Como que te acostumbrás… No fue ni buena ni mala, simplemente una situación. Obviamente, pretendía y esperaba quedarme un tiempo más allá para poder seguir creciendo y evolucionando en la categoría. No se pudo dar y se terminó. Me volví ya pensando en el futuro, en tratar de volver a ser campeón de TC y por suerte se terminó en el primer año entero que volví.

Con su pareja, Josefina Di Palma, ante de largar las 500 Millas de Indianápolis de 2024 (Prensa Juncos Hollinger Racing)

-¿Qué compañera es Josefina, no?

-Sí, ni hablar. Josefina para mí es un sostén fundamental, una persona y una mujer que por algo nos hemos casado. Estamos juntos hace mucho tiempo y nos llevamos muy bien porque ella ha estado en las malas y sobre todo en las más difíciles, en las que te quedás solo, en las más difíciles. Es una compañera de vida de lujo que tengo, así que soy un agradecido a ella por todo y un bendecido de tenerla a mi lado.

-¿Quieren ser padres o para más adelante?

-Para más adelante. Veremos, es pronto (risas). Veremos qué pasa el próximo año. Por el momento tenemos a Pistón y a Milo, que son nuestros perros y los queremos como si fueran nuestros hijos.

-¿Cómo explicás que alguien que no corrió en karting y arrancó con simuladores, logró tanto?

-Es una locura haber podido llegar tan lejos desde la nada. Sin ningún tipo de esperanza de que todo esto suceda algún día. Ni en el mejor de los sueños lo hubiese imaginado. Cinco campeonatos de TC, 17 a nivel nacional a mis 35 años. La experiencia de dos 500 Millas, haber estado en IndyCar. Un montón de cosas que superan totalmente mi imaginación cuando era un nene. Así que soy un agradecido a la vida, a mi viejo, principalmente, y a todos los lugares y equipos que estuve hasta el día de hoy.

-Encima tu papá no quería que seas piloto…

-Sí, tal cual. Nunca quiso y no había motivo para hacerlo, ya que no había podido hacer karting y él más que nadie sabía lo difícil y lo duro que es ser piloto de carreras y poder vivir de eso, que son muy poquitos los que lo pueden lograr entre miles que lo intentan. Así que él nunca tuvo ningún tipo de intención y ganas de que yo corra. Pero bueno, un día me dio una prueba, empecé y un día gané mi primera carrera y seguí y acá estoy. Pasó todo muy rápido sin esperarlo.

Celebrando con

Su reciente consagración en el TC es histórica porque por primera vez un Chevrolet Camaro fue campeón. Marcado para los hitos, Canapino es el primer piloto en 18 ediciones de la Copa de Oro que consigue el título antes de largarse la final en el cierre del año con este sistema de definición, donde los mejores doce de la etapa regular pelean por la corona en las últimas cinco fechas.

-¿Qué incorporaste del aprendizaje en la IndyCar a tu vuelta a la Argentina?

-Quizás el profesionalismo y la exigencia de allá en algo me pudo haber ayudado. La realidad es que para mí es difícil identificarlo y aparte no me detengo y ni me gusta hablar de mí. Entonces no lo analizo por ese lado. Trato de tener el mejor auto posible y ser lo mejor que pueda manejando.

-¿Cruzzetti dijo que te veía más meticuloso?

-A lo que se refiere Guille es al haber trabajado sobre todo en la parte de los óvalos y especialmente las 500 Millas, que se trabaja tan al mínimo detalle, es como que me perfeccioné y quizás estoy recontra más detallista. Conocí otro mundo y aprendí que es a la décima de milímetro y cuando ya llegué a la décima pulgada (ríe) conseguí una velocidad extrema. En eso aprendí mucho en la IndyCar.

-¿Querés revancha en la IndyCar?

-Me encantaría. Tengo un eterno agradecimiento a Ricardo Juncos por la locura que me hizo vivir, por la gran oportunidad gracias a su pasión. Al menos las 500 Millas. Tengo el deseo de volver a hacerla con él en algún momento. No creo que lo podamos lograr en el corto plazo, hoy no lo veo posible, pero el deseo está y me encantaría volver a intentarlo por lo bien que nos fue y por lo cerquita que estuvimos de concretar un buen resultado.

Un pequeño Agustín con su padre, Alberto, y Guillermo Ortelli en una carrera de TC 2000 (@guilleortelli01)

-Alcanzaste a Oscar Gálvez, estás a uno de Traverso y Ortelli y a cuatro de Juan Gálvez, ¿caíste dónde estás ubicado en la historia del TC?

-Es muy fuerte escuchar esos nombres, esos números. Obviamente, uno no corre para eso, corre para sus objetivos y para sus metas personales y deportivas. Después las estadísticas y los números son los que mandan y los que importan, son los que marcan la carrera de un deportista, pero no es que vos te levantás pensando en eso. Eso es una consecuencia del trabajo que uno hace. Así que estoy, por supuesto, disfrutando y feliz de poder tener esos números, llegar a esos lugares y seguiré trabajando. Quiero ganar más el año que viene porque el desafío es ese: mantenerse, superarse, y no relajarse y poder seguir siendo competitivo a través del tiempo.

-Pero tenés tiempo de batir esas marcas

-Sí, margen hay, tiempo hay, pero capaz que no gane nunca más un campeonato del TC. Eso es imposible saberlo hoy. Si no lo gano nunca más, el haber llegado hasta este lugar es un montón y soy un agradecido a la vida por eso.

-Por último, como piloto, ¿qué análisis hacés del año de Franco Colapinto?

-Para mí, qué yo lo veo muy desde afuera y disfruto tener un argentino en F1. Obviamente, me encantaría que le vaya muy bien y que pueda ganar carreras y pelear un campeonato algún día, ese es mi mayor deseo. Después, ya con solo verlo en la pista es un montón, porque entiendo lo difícil y lo complejo que es estar ahí. Es muy difícil y yo soy muy sencillo en el análisis. Ya con solo ver un argentino o la bandera argentina participando ahí, para mí ya es un gran éxito.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí