Vivió un título inolvidable de la Selección, sufrió el caótico Mundial de Rusia y buscará alzar su primera copa como DT en Argentinos

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Nico Diez buscará su primer título como DT en la Copa Argentina

En su vitrina personal, Nicolás Diez tiene trofeos como futbolista del club, de la selección nacional y como ayudante de campo. Esta noche podría sumar el primero como entrenador principal, cuando su Argentinos Juniors enfrente a Independiente Rivadavia de Mendoza por la final de la Copa Argentina. El campeón mundial juvenil en Malasia 97, que fue asistente de Jorge Sampaoli en el Mundial de Rusia 2018 y se consagró como jugador en el fútbol venezolano, es uno de los destacados estrategas de este año y puede coronarlo con un título.

La trayectoria de Diez en el fútbol argentino y sudamericano se distingue tanto por su paso como talentoso enganche en equipos como Argentinos, Racing y Ferro, como por su posterior labor en cuerpos técnicos de selecciones nacionales. Y justamente con la camiseta albiceleste dio sus primeros pasos en el mundo del fútbol: levantó el título Sub 20 de Malasia 1997, donde era la alternativa a Pablo Aimar en aquel recordado equipo dirigido por Néstor Pekerman, uno de sus mentores. En ese certamen, ingresó por el 10 en el debut ante Hungría (triunfo 3-0) y las semifinales ante Irlanda (victoria 1-0), mientras que fue titular contra Australia (derrota 4-3) en fase de grupos.

El ex futbolista, recordado por su calidad técnica desde sus inicios en el Club Parque, fue elogiado años atrás por el histórico captador de talentos Ramón Maddoni: “Era un lujo verlo jugar, de lo mejor que vi. No se la podían sacar”. Tras su formación en el Bicho de La Paternal, Diez debutó en Primera División y, a finales de los 90, se sumó a Racing de Avellaneda, recomendado por Mostaza Merlo y bajo la dirección de Alfio Basile.

“Me pasó todo muy rápido y al mismo tiempo fue difícil. Porque cuando te pasa todo muy rápido y no te pasa más, empezas a frustrarte, a pasarla mal”, reflexionó sobre cómo impactaron los elogios que recibió en sus inicios. Diez reconoció la dificultad de competir por un lugar en el equipo nacional juvenil ante jugadores del calibre de Aimar y Juan Román Riquelme, señalando que el hoy presidente de Boca era un estratega excepcional y el ayudante de campo de Lionel Scaloni se destacaba por su atrevimiento y capacidad de asistencia. “A Román lo conozco de chico. Era un animal, un fenómeno. Jugaban él, el Lobo Ledesma y Herrón. Román siempre fue muy distinto a todos”.

Nico Diez, entre Beccacece y Sampaoli en el partido inaugural de Argentina en Rusia 2018 (REUTERS/Maxim Shemetov)

La carrera de Diez se extendió por varios países, incluyendo pasos por el FC Gueugnon en Francia, equipos de Chile, Colombia y Venezuela, y un regreso al ascenso argentino. Su etapa más significativa, según relató, la vivió en el fútbol chileno, donde fue capitán de Everton y O’Higgins durante cinco años, logrando regularidad y confianza en su juego. Sin embargo, una grave lesión en el tobillo izquierdo, sufrida en un torneo de verano tras un choque con Guillermo Barros Schelotto, marcó el momento más difícil de su carrera, obligándolo a una larga recuperación y afectando su continuidad.

Al retirarse a los 36 años, decidió iniciar el curso de entrenador y se integró rápidamente a cuerpos técnicos, primero en el ascenso argentino y luego en selecciones nacionales. La relación con Jorge Sampaoli y Sebastián Beccacece, forjada en O’Higgins, fue determinante: ambos lo convocaron para sumarse como asistente de video en la selección chilena, donde formó parte del equipo que conquistó la Copa América 2015. “Me gustó mucho la forma de entrenar, era algo distinto, yo tenía 31 años. Empecé a hablar mucho con Sebastián, les preguntaba por qué hacían ciertos trabajos, algunos los entendía y otros no. Después los fui entendiendo”, confesó en una nota con Clank Media.

Posteriormente, Diez integró el cuerpo técnico de la selección argentina en el Mundial de Rusia 2018. Según explicó, el escaso tiempo de trabajo previo al torneo dificultó la construcción de una relación sólida con el plantel, lo que influyó en el rendimiento del equipo. Al analizar ese ciclo, comparó la situación con la de Lionel Scaloni, quien dispuso de un proceso de cuatro años para consolidar un plantel y un proyecto, lo que consideró fundamental para el éxito. En contraste, el cuerpo técnico encabezado por Sampaoli asumió con poco margen antes del Mundial, lo que limitó la preparación y el conocimiento del grupo.

“Estábamos en el mejor lugar y no nos fue bien. Me enseñó que a veces el tiempo te ayuda a la conexión entre un plantel y un cuerpo técnico. Creo que no tuvimos la conexión con el plantel, en el conocimiento entre nosotros. No tuvimos tiempo. No se podía hacer un cambio drástico porque esa camada de futbolistas se merecía otro Mundial después de lo del 2014”, relató meses atrás en ESPN sobre aquella cita que terminó con una dolorosa eliminación ante Francia. “El conocimiento con el equipo nunca estuvo. Nunca estuvo el feeling, ese contacto y comunicación con el jugador. El tiempo fue corto: clasificamos y jugamos el Mundial. Tampoco se podía hacer una depuración porque era la última posibilidad de esa muy buena camada. La camada iba a ser natural como fue después de ese Mundial. Nos faltó esa conexión con los jugadores”, agregó en Urbana Play.

Nico Diez, durante su paso como futbolista de Racing (Fotobaires)

En cuanto a la dirección técnica, Diez destacó las enseñanzas recibidas de Sampaoli y Beccacece. Subrayó que ambos le transmitieron la importancia de la pasión por el trabajo y la atención a los detalles, así como la necesidad de acompañar al jugador no solo en lo deportivo, sino también en lo personal. Sobre las diferencias entre ambos, señaló que Beccacece es más estratégico, guiando al futbolista para que comprenda el juego y tome decisiones en el campo, mientras que Sampaoli otorga mayor libertad de resolución. “Aprendí mucho de ellos. Me enseñaron la pasión que hay que tener por este trabajo y no dejar ningún detalle librado al azar. También, es importante tener cercanía con el jugador y ocuparse no solamente del deportista, sino también de la persona. De observar los problemas personales que pueden tener y atenderlos sobre todo. Son dos personas que recalcan mucho los valores que uno debe tener para seguir con esta carrera”. Y diferenció sus métodos: “Beccacece es más estratégico que Sampaoli, que intenta que el jugador resuelva un poco más”.

“Me tocó estar en lugares como la selección argentina o de Chile. Trabajar con jugadores de elite. Saber cuándo hablar, no hablar, cuándo decir algo. Me empezó a gustar lo de la conducción, cómo llegar al jugador, que es muy amplio. Antes el ida y vuelta era hablar solamente de fútbol. Jugar o no jugar. Era más cavernícola”, expresó en ESPN.

Consultado por ciertas miradas críticas que recaen sobre Beccacece por parte de algunos integrantes del mundo del fútbol, Diez atribuyó esa percepción a que no tuvo carrera como futbolista profesional y a su estilo particular en el banco. “Porque no jugó al fútbol, pero creo que eso ya pasó de moda, ya que hay entrenadores que no jugaron e hicieron grandes carreras. Tal vez, también porque camina de un lado para otro y por su forma de vestir. En lo que tiene que ver con la conducción de un grupo y la estrategia de juego, los colegas lo tratan bien y saben que tiene una gran capacidad”, explicó ante Infobae en 2023.

Independientemente del trabajo de ambos, Nico también destacó la calidad humana de ambos fuera del campo. “Con Sampaoli he ido a recitales, fuimos a ver a Don Osvaldo, a La Beriso, a La Renga. Sampaoli con los jugadores se lleva bien, te hace una joda y después te exige. Sebastián también. Son muy exigentes con el laburo, pero son humanos. Sebastián es muy apegado al jugador, le gusta charlar, si tiene que ir a tu casa, va a tu casa, si tiene que hablar con la madre, habla con la madre. Yo no creo que sea tan obsesivo”, recordó sobre el vínculo que generó en una nota con Urbana Play.

En su etapa como ayudante de campo, Diez acompañó a Beccacece en Defensa y Justicia, Racing e Independiente, hasta que decidió emprender su propio camino como entrenador principal. En Defensa y Justicia, el foco estuvo en el desarrollo de futbolistas, logrando que jugadores como Lisandro Martínez y Enzo Fernández dieran un salto de calidad. Diez relató que mantiene una relación cercana con ambos y que los felicitó tras la consagración en el Mundial de Qatar. Sobre Fernández, destacó su madurez y visión de juego a los 19 años, y afirmó: “Enzo no tiene techo”.

Nico Diez, a un paso de consagrarse como DT principal (Fotobaires)

“Creo que es algo ridículo decir que un técnico es defensivo u ofensivo, si sale jugando o no. Ni el que patea para arriba es el mejor, ni el que sale jugando es el mejor”, es uno de los conceptos que lleva consigo en el crítico ambiente del fútbol.

Su primera experiencia como DT principal fue un olvidable paso por Atlanta en la Primera Nacional en 2023, con más derrotas que victorias y apenas 14 partidos dirigidos: “Todo te deja enseñanzas. Me gusta aprender de todo. Por eso me tomé bastante tiempo para ser entrenador. De analista pasé a ser ayudante, me pude preparar mi propia charla. Esto es fútbol, te puede ir bien o mal. Fui a Atlanta y me fue muy mal”.

Argentinos Juniors, club en el que se formó, le dio la oportunidad de tomar las riendas del plantel en este 2025 y Diez respondió con fútbol y resultados: arrancó invicto nueve fechas, llegó a cuartos de final del Torneo Apertura (eliminado en la tanda de penales ante San Lorenzo) y sacó del cuadro de la Copa Argentina a Central Norte de Salta, Excursionistas, Aldosivi, Lanús y Belgrano de Córdoba para disputar esta final contra Independiente Rivadavia. “Para mí hay muchos jugadores que funcionan bien en un colectivo. Por eso creo que tanto Molina, como Lescano, como con todos los que están jugando se está viendo un buen nivel por un sistema colectivo y una forma de jugar que los favorece”, explicó sobre los altos niveles que impulsó en el plantel de Argentinos. “Estoy en un lugar que conozco y sé lo que quiere la gente. Todos queremos ganar, de la manera que sea, pero el paladar lo tiene la gente. Tiene un gran complejo, un estadio que lo están remodelando, la cancha está siempre llena de local, tiene un lugar de entrenamiento espectacular. Todo esto, en algún momento, te lleva a coronar. No sé si voy a ser yo u otro”.

Todavía tiene chances de clasificarse a los octavos de final del Clausura y también a la Libertadores vía tabla anual, pero el sueño en La Paternal es hacerlo como campeón de copa nacional.

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