Identificaron por huellas dactilares a Tenorinho, el pianista de Vinicius de Moraes secuestrado en la ESMA y asesinado por Astiz en 1976

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Tenorio Junior fue desaparecido por error en marzo de 1976 en Buenos Aires mientras caminaba por la calle Corrientes en busca de un paquete de cigarrillos

El prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) anunció este sábado la identificación del pianista brasileño Francisco Tenorio Cerqueira Junior, conocido como Tenorinho, desaparecido en Buenos Aires durante la madrugada del 18 de marzo de 1976, menos de una semana antes del golpe de Estado cívico militar.

El EAAF explicó en un comunicado que Tenorio Junior identificado mediante el cotejo de huellas dactilares: “Si bien su cuerpo no fue recuperado, se sabe que fue enterrado en el cementerio de Benavídez, provincia de Buenos Aires, sin identidad”.

El músico tenía 35 años, había llegado a Buenos Aires como pianista de la banda de Vinicius de Moraes y Toquinho para una serie de conciertos. La noche de su desaparición salió del hotel Normandie, ubicado a metros de la avenida Corrientes, para hacer unas compras y nunca regresó.

Dos días después, el 20 de marzo de 1976, el cadáver de un hombre fue encontrado en un terreno baldío en el cruce de la calle Belgrano y la Panamericana, en el partido de Tigre.

“En ese momento se inició un expediente, le tomaron las huellas dactilares y le hicieron una autopsia, que determinó que había muerto por impactos de bala. Lo enterraron sin identificar en el cementerio de Benavídez”, anunció el comunicado del EAAF.

El expediente fue recuperado por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, que lleva adelante un relevamiento de causas judiciales iniciadas en la provincia de Buenos Aires entre 1975 y 1983 por hallazgos de cadáveres en la vía pública que fueron archivados sin que se haya determinado la identidad de las víctimas, para analizar si se trata de personas que fueron asesinadas por el terrorismo de Estado y continúan en condición de desaparecidas.

(Captura de video)

A partir de ese expediente y el trabajo de investigación del EAAF, por orden de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, se cotejaron las huellas del expediente de 1976 por el cuerpo hallado en la calle en Benavídez, con las de Tenorio Júnior archivadas en Brasil y pudo ser confirmada la identidad del pianista brasileño.

Su familia ya fue notificada en Brasil por la Comisión Especial de Muertos y Desaparecidos Políticos (CEMDP) de ese país y por el fiscal Ivan Marx, consejero de la Comisión”, aclararon desde el EAAF.

“Hay que aclarar que no se encontró el cuerpo. Las huellas como NN del expediente judicial no nos coincidían con ningún desaparecido argentino y por eso generamos la hipótesis de identidad con Tenorio por la fecha de desaparición y la fecha de aparición del cuerpo. Sí se supo que estuvo enterrado en Benavídez pero luego fue pasado a osario común, por eso el cuerpo nunca fue recuperado”, detalló un vocero del Equipo a Infobae.

“Identificar personas implica investigar, recopilar fuentes orales y judiciales. La aparición de cadáveres en la vía pública dejaba huellas de un rompecabezas que se podían seguir a través del relevamiento de estos expedientes, donde se tomaban huellas dactilares y un montón de datos de ese cuerpo”, explicó también Mariella Fumagalli, directora para Argentina del Equipo Argentino de Antropología Forense.

“El EAAF en 40 años que lleva trabajando en crímenes de lesa humanidad así como la Procuraduría siguen investigando para recuperar y compilar esa información. En cada causa donde hay un cadáver aparecido en la vía pública se buscan las huellas para cotejar con las huellas del Renaper, donde están las de todos los ciudadanos argentinos”, contó Fumagalli.

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La complicación del caso de Tenorio Junior fue que el cuerpo, que nunca fue reclamado, fue llevado a un osario común. “Por eso la identificación se hizo con las huellas pero estamos imposibilitados de recuperar esos restos”, amplió Fumagalli.

Natalia Federman, de la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad, contó que el expediente del músico brasileño fue encontrado en el marco de un proceso de trabajo de la Procuraduría “que implica la revisión de expedientes iniciados por la Justicia penal entre 1975 y 1983, por el hallazgo de personas muertas cuya identidad era desconocida”.

“Esto se realiza con el objetivo de estudiar si hoy existen posibilidades de determinar si se trata de víctimas del terrorismo de estado que aún están desaparecidas”, comentó.

El trabajo implica revisar archivos históricos judiciales para seleccionar aquellas causas que cumplan con ciertas características que saben que son coincidentes con las formas que utilizaba el sistema represivo para disponer de sus víctimas. “Luego, las estudiamos para ver si hay ahí pistas que permitan la identificación de la víctima. En el caso de Tenorio, había un juego de huellas dactilares que pudo ser comparado y así lograr su identificación”, dijo Federman.

Quién fue Tenorinho

Tenorio Junior uno de los mejores músicos de un subgénero que explotaba en aquellos años de mediados de los ‘70, el samba-jazz. La noche de su desaparición, había tocado con Vinicius y Toquinho, legendaria dupla de bossa nova.

Después del recital y de la cena tardía en un restaurante, los integrantes de la banda estaban el apart hotel Normandie, ubicado en Rodríguez Peña 320. Y se les habían sumado la artista plástica Renata Schusseim y la poeta Marta Rodríguez Santamaría, novia por entonces de Vinicius.

Cerca de las tres de la madrugada, Tenorio bajó a comprar cigarrillos cuando lo interceptó una patota de cuatro hombres armados que bajaron de un Ford Falcon y lo subieron a la fuerza.

A las 3.20 de la madrugada sonó el teléfono en el departamento del apart que ocupaba Vinicius. Sólo Renata Schusseim y Marta Rodríguez Santamaría estaban despiertas. Era Toquinho, para avisarle a Vinicius que Tenorinho no había vuelto.

El legendario poeta carioca llamó a todos los hospitales de la ciudad y al otro día, con un abogado, presentó un habeas corpus. Fue a la Embajada de Brasil, se reunió con el embajador Joao Baptista Pinheiro, llamó a políticos y periodistas amigos para difundir la desaparición.

“Todos estábamos en shock. Vinicius estaba reflexivo y ensimismado, era parte de su personalidad reaccionar así cuando algo lo desbordaba. No había respuesta y la tristeza era abismal”, recordó muchos años después Marta Rodríguez Santamaría.

Vinicius no sabía pero ya estaba en marcha el Plan Cóndor, por el que el terrorismo de estado trabajaba a nivel regional con los aparatos represivos de Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay y Brasil.

El embajador Baptista Pinheiro nunca le dijo a Vinicius que sus gestiones habían conseguido una respuesta. Una fuente de la Armada le reveló que lo tenían detenido, pero no ofreció devolver al pianista –ya estaba muerto– sino pasarle la información que habían obtenido de él.

“Los militares brasileños conocían la suerte de Tenorio, pero la estaban ocultando. Hay documentos encontrados en los archivos de la policía política brasileña, el DOPS (Dirección de Orden Política y Social), que refieren a un mensaje dirigido por la ESMA a la embajada brasileña informándola sobre el fallecimiento del pianista, secuestrado y torturado desde el 18 de marzo. Porque una vez que reconocieron que se habían equivocado de persona, ya no podían dejarlo libre. Habría sido un escándalo”, contó mucho después la periodista Stella Calloni, que investigó el Plan Cóndor.

Casi 40 años después, en marzo de 2013, un represor argentino por entonces radicado en Brasil, Claudio Vallejos, conocido como “El Gordo”, integrante de los grupos de tareas de la ESMA y uno de los autores materiales de la desaparición de Tenorinho, contó.

Fue después de haber sido detenido por el delito de estafa en 2012. A cambio de dinero aceptó una entrevista con la revista Senhor donde relató minuciosamente su vida como represor. Luego, repitió su versión ante la Comisión de la Verdad, creada por la expresidente Dilma Rouseff.

Relató que esa madrugada de 1976 habían salido a buscar a un hombre marcado pero se equivocaron. Contó que lo llevaron a la ESMA y allí lo torturaron. Además, reveló que lo mataron el 25 de marzo, un día después del golpe. Y dio el nombre de su asesino: “Astiz lo mató en el sótano de la construcción vieja de la ESMA”.

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