Sin acuerdo de unidad, el PJ de Santa Fe se tensa al máximo por el primer lugar en la lista de diputados

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Agustín Rossi, Eduardo Toniolli, Florencia Carignano y Roberto Mirabella son los nombres propios que atraviesan la discusión por el armado de la lista

El peronismo de Santa Fe está en estado de ebullición frente a la posibilidad de que el cierre de listas divida, aún más, a la fuerza política. El nivel de tensión es alto y la falta de un acuerdo amplio aumentó los niveles de incertidumbre en la antesala del domingo, día en que debe presentarse la lista de candidatos ante la justicia electoral.

En esta elección hay nueve diputados en juego y el peronismo renueva a tres. Terminan su mandato Roberto Mirabella (perottismo), Eduardo Toniolli (Movimiento Evita) y Magalí Mastaler (La Cámpora). La disputa central se da sobre quién encabeza la lista y quiénes serán parte del esquema de unidad.

Agustín Rossi es el principal candidato a ocupar el primer lugar de la lista. Lanzado y con campaña de afiches en la calle, tiene el apoyo del grupo de los senadores y del Frente Renovador (FR) para quedarse con la cabeza de la nómina. Pero no está solo en la cancha electoral. Es el que más mide en las encuestas y el que porta mayor grado de visibilidad.

Toniolli, que tiene el respaldo de Ciudad Futura y Juan Monteverde, le disputa la candidatura. Está dispuesto a friccionar la discusión hasta el final amparado en la idea de que el “Chivo” ya tiene un largo recorrido y que es el momento de que encabecen otros dirigentes. Quiere ser la cara de un nuevo proceso en el armado del peronismo provincial.

Los dos pugnan por el mismo lugar y hasta aquí no han logrado un acuerdo. Ni siquiera se han comunicado en las últimas horas para tratar de acercar posiciones y que uno de los dos decline la posibilidad de competir. Ante la falta de acuerdo y la cercanía con el cierre de listas, Cristina Kirchner intervino en la escena ejecutando una jugada de presión para forzar la unidad.

Rossi y Toniolli son los principales candidatos para encabezar la lista del peronismo en Santa Fe

El martes por la noche la ex presidenta avisó que si entre Rossi y Toniolli no se ponen de acuerdo, y el peronismo termina dividido, ella respaldará una tercera lista encabezada por la camporista Florencia Carignano, que es la representante de la agrupación de Máximo Kirchner en la provincia.

“Si hay dos, hay tres”, sentenciaron cerca de CFK respecto a la cantidad de listas que podrían competir en los comicios ante la fractura de la fuerza. “No es lo que queremos hacer, pero ninguno de los dos se da un baño de humildad”, explicaron en el entorno de la ex mandataria, que presiona para que el peronismo vaya unificado pese a las diferencias internas que subsisten. La unidad aunque duela. De eso se trata.

En el peronismo santafesino no le dieron demasiada entidad a la amenaza. Hay varios motivos que explican esa posición. Carignano tiene dos años más de mandato en la cámara Baja y una lista encabezada por ella no llegaría a meter un legislador. Es decir, que La Cámpora perdería una banca entre los diputados. Y, además, debería hacerlo por un sello que no sea el del PJ, ya que el partido forma parte de la alianza que nuclea a la mayor parte del peronismo. Bajo ese paraguas se negocia la unidad.

“Carignano tiene un 17% de conocimiento en la provincia y una imagen negativa más alta que la positiva. ¿Así va a encabezar una lista?”, fue la chicana que lanzaron en el partido provincial ante la advertencia que partió de San José 1111. La decisión de CFK no cayó bien y solo la entienden en un contexto revoltoso donde las dificultades para lograr acuerdos son cada día más. Las tres listas no parecen ser un escenario demasiado factible porque el peronismo se fraccionaría más de lo que ya está.

Lewansdosky pidió que haya lista de unidad pero que para lograrla se cambien los métodos en los que se designan los candidatos (sebagranata)

En una lista de unidad entre los dos precandidatos, el kirchnerismo duro es muy probable que se quede con el segundo lugar. Para ese escalón suenan dos nombres. El de la actual diputada Magalí Mastaler, a la que se le vence el mandato, y el de la ex senadora María de los Ángeles Sacnun. El tercer lugar quedaría para el FR, que para ese lugar piensa en Oscar “Cachi” Martínez.

Según las cuentas que hacen en el peronismo, solo hay tres lugares “entrables”, motivo por el que será díficil generar un acuerdo donde no haya un perdedor claro. Algún sector se quedará afuera de esa parte de la lista y la forma más viable de compensarlo es poniendo en la negociación las elecciones del 2027. El que no va ahora, tiene un lugar asegurado en la que viene. Pero un acuerdo a tan largo plazo se asemeja más a una utopía que a la realidad.

El que tiene entre ceja y ceja la próxima elección ejecutiva es Juan Monteverde. El líder de Ciudad Futura encarna la renovación del peronismo santafesino. Luego de ganar la elección a concejales en Rosario y salir segundo en los comicios para elegir los convencionales que traten la reforma de la Constitución provincial, quedó bien posicionado para su gran objetivo: ser el próximo intendente de Rosario.

Para ese proyecto a mediano plazo, Monteverde tiene en claro que necesita un peronismo unido que lo respalde. Por eso hace equilibrio y evita jugar a fondo en esta disputada interna sobre las candidutaras. “No quiere que se rompa todo lo que se pudo armar hasta acá”, le aseguró a Infobae un dirigente con el que habló en las últimas horas. La convergencia entre Ciudad Futura y el PJ fue clave para que pueda ganar las últimas elecciones.

Juan Monteverde se inclina por apoyar la candidatura de Toniolli pero quiere evitar una ruptura

“Lo que falta es una mesa política para discutir las decisiones del peronismo”, planteó Marcelo Lewandowski en una reunión con dirigentes de su espacio que tuvo hace pocos días. El senador nacional no tiene candidatos para jugar en esta elección ni tampoco quiere hacerlo él, pero brega por la unidad de todo el espacio con una nueva metodología en la toma de decisiones. “Nunca me fui del peronismo, pero anticipé que la forma de designar candidatos no iba a cambiar”, le dijo a los que le reclamaron su distanciamiento en los últimos comicios.

El legislador compitió por afuera del PJ en las últimas elecciones constituyentes y quedó en el quinto lugar. Se desmarcó en un acto de rebeldía, pero los resultados no fueron los mejores. En este presente conflictivo entiende que se deben acabar, según considera, la imposición de candidaturas y que, frente a la falta de una conducción política clara en la provincia, el debate transversal debe trasladarse a una mesa de negociación amplia y heterogénea.

Un puñado de días atrás el perottismo, de la mano de Roberto Mirabella, judicializó el proceso de discusión al presentar un reclamo ante la Cámara Nacional Electoral para que el PJ garantice un método democrático interno de elegir las candidaturas y la participación de sus afiliados. La posibilidad de que Mirabella sea candidato también está sobre la mesa. Un fraccionamiento tan grande limitaría las posibilidades de competencia real del peronismo.

Aún queda tiempo para que las discusiones eleven el tono y después se logre un acuerdo. Solo basta con recordar lo traumático y caótico del cierre de listas bonaerense. Los dirigentes de peso en la estructura local tienen el teléfono abierto para saldar las diferencias. En el fondo, más allá de las diferencias y los intereses, todos saben que se necesitan unos a otros para poder tener una opción competitiva en las elecciones del 26 de octubre, donde la disputa real se concretará entre tres ofertas: el peronismo, el oficialismo que conduce el gobernador Pullaro y La Libertad Avanza.

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