Cómo queda el PRO tras los acuerdos electorales con LLA: la previsión de más fugas en los bloques parlamentarios y la necesidad de refundarse

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Mauricio Macri, con gesto serio. La estrategia electoral que impulsó generó divisiones internas en el PRO

En junio de este año, Mauricio Macri tuvo un acto de honestidad brutal: les dijo a un selecto grupo de dirigentes del PRO que busquen cerrar los acuerdos electorales necesarios “con dignidad”, y les dio libertad de acción. Un experimentado dirigente leyó que aquel movimiento político correspondía a un “sálvense quién pueda”, en un contexto de debilidad partidaria y de falta de reacción frente al avance libertario. El cierre del proceso de negociación, que vence este jueves a última hora, le dio la razón. El propio expresidente lo confirmó y planteó que La Libertad Avanza es “totalmente dominante”.

En este contexto llegó la confirmación del acuerdo electoral en CABA, lugar de nacimiento del PRO, su marca identitaria y donde gobierna desde 2007 sin interrupciones, bajo las condiciones que impuso Karina Milei, la hermana de Javier Milei y secretaria general de la Presidencia, a cargo de las gestiones electorales de LLA a nivel nacional. Solo dos lugares en la lista de diputados nacionales con proyección a lograr una banca, de acuerdo a los analistas de ambos espacios, para mantener la representación que dejarán desde el 10 de diciembre Fernando Iglesias y María Eugenia Vidal, y vetada su injerencia en los primeros lugares de la nómina para senadores.

Hace menos de dos años, Jorge Macri ganaba la jefatura de Gobierno porteño con el 49,6% de los votos. Reemplazaba, así, a Horacio Rodríguez Larreta, que tuvo dos mandatos, y a su primo Mauricio, que también tuvo dos mandatos. En dos años, ese caudal de votos se redujo al 16% de los votos, por detrás de LLA y el peronismo, a pesar de tener de poner todo al asador: desdoblar la elección, poner como jefa de campaña a Vidal y delinear una campaña encabezada por el propio expresidente.

Jorge Macri, cuando se impuso en los comicios de 2023. Foto de archivo (Nicolas Stulberg)

“El único partido nacional es el del Presidente, y los Macri están hartos de perder. Priorizaron el apellido de la familia sobre el partido, y está claro que pierde representación. Lo entregaron. Los dos precandidatos presidenciales del PRO (Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich) están afuera y los tres gobernadores tienen estrategias diferenciadas. No hay retorno”, analizó, ante la consulta de Infobae, el politólogo Andrés Malamud.

De la estructura fundadora del partido, o los dirigentes que sirvieron de base en los primeros años, Marcos Peña y Gabriela Michetti están alejados de la actividad política de manera visible, cada uno por diferentes motivos, mientras que Larreta optó por abrirse y competir con otro frente en las últimas elecciones, Bullrich se afilió a LLA y Vidal rechazó el acuerdo, dijo que “no es lo mejor”, y quedó marginada tras el cierre en CABA. Esto sin contar la cantidad de legisladores e intendentes que se corrieron de los intereses amarillos.

Un importante dirigente, que se opuso a confluir con La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, hizo un diagnóstico sobre el estado de situación, ante la consulta de este medio: “El partido hay que renovarlo totalmente. Cómo está hoy no tiene futuro, pero algún nuevo grupo de dirigente puede activarlo, y tiene muchos dirigentes buenos”.

Esquirlas del acuerdo y refundación

Para Facundo Pérez Carletti, actual secretario general del PRO, el día después de la elección nacional de octubre arranca una nueva etapa, caracterizada por un reacomodamiento de la política. “Una vez que termine esta decisión táctica para este proceso del 2025, tenemos que sentarnos con los diputados, con los senadores, con los gobernadores del espacio, con los presidentes de partido y con toda la militancia a definir de cara al 2027 una estrategia nacional, para reordenar el partido y tener nuestra impronta”, señaló.

En el marco de una charla organizada el miércoles por la tarde por la Fundación Pensar para contener a militantes y dirigentes de todo el país, el dirigente realizó un duro diagnóstico: “Tenemos que ver los que quedamos, quiénes se quedan en el partido a seguir apostando al PRO y quiénes deciden dar un paso al costado”. “Yo creo que va a haber movimientos; pensar que no va a haber cambios en los bloques como tenemos hoy es no estar viendo cómo se está moviendo la política. Creo que va a haber diputados nacionales y algunos senadores que se van a ir del bloque. Eso está claro”.

Mauricio Macri y Facundo Pérez Carletti del PRO de Santiago del Estero

La mesa directiva del partido amarillo quiere que este 2025 pase rápido. Milei, y sus decisiones políticas fuera de libreto, dejó al partido en una posición incómoda. Apoyó casi todas las leyes, pero no es oficialista, y recibió duras críticas de los libertarios, pero no se mueve en un sentido opositor. Mientras tanto, y sobre todo en estos comicios legislativos, cada provincia, cada distrito, tiene intereses que defender.

Según Mora Jozami, directora de Casa3 y ex coordinadora de opinión pública de la Jefatura de Gabinete durante el gobierno de Cambiemos, el acuerdo PRO-LLA en la ciudad de Buenos Aires no implicaría “una fuga de votos hacia otros espacios”. En la misma charla de Pensar, Jozami argumentó la alianza con los libertarios. “No sé si estaba claro que si el PRO iba solo en la elección iba a sacar los dos diputados. No se trata de una cuestión de número, sino de tener un objetivo más a largo plazo. Lo que había que evitar es lo que nos pasó en la elección de mayo, en la cual el PRO fue solo, y hubo dieciséis candidatos atacándolo. La elección terminó siendo un plebiscito respecto de si el Pro sí y el Pro no, y salimos obviamente dañados”.

La nueva narrativa para explicar la situación del partido amarillo, una que se confirmen las alianzas con LLA en CABA y en al menos 10 provincias como Tucumán o Entre Ríos, además de Buenos Aires, será que fue una “decisión táctica” de cada una de las provincias en el marco de un cierre nacional para una elección “compleja” y que “hay que pasar”.

En las oficinas principales de la sede de la calle Balcarce aseguran que no fueron cooptados, que no habrá interbloque en el Congreso y que no implica votar todo lo que pida el Gobierno. El diputado nacional Pablo Torello planteó en los últimos días: “Sería bueno aclarar que es una alianza electoral y termina con la elección”. No es la postura que tiene, por ejemplo, Cristian Ritondo: «Vamos a ir juntos y vamos a construir una alternativa para 2027“, aseguró en mayo.

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