Fuga de Nazis en Argentina: el relato de un pescador sobre el misterioso caso de la lancha “Felicitas”

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Antonio Paleo, a bordo de la embarcación “María Casanella”, a fines de la década del 60

La localización y detención de algunos jerarcas nazis que huyeron de Europa rumbo nuestro país, tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, tuvo efectos en otros de su misma condición, que se movían de un lugar a otro para evitar ser identificados.

Es el caso de lo que ocurrió tras el secuestro de Adolf Eichmann en Argentina, a manos del Mossad, ocurrido el 11 de mayo de 1960.

Tal como Infobae publicó a principios de este mes, varios de sus compatriotas intentaron huir del país desde Necochea, en una embarcación que terminó varada en la costa uruguaya. La tarea estuvo a cargo de la lancha “Felicitas”, según documentos desclasificados en 1992 y que ahora se pueden consultar en línea dentro del acervo bibliográfico del Archivo General de la Nación.

Este hecho quedó documentado en un memorándum con sello de la Policía Federal, fechado en julio de 1960, rotulado como estrictamente secreto y confidencial. Allí se relata, con lujo de detalles, la operación de traslado por la cual se habría abonado una elevada suma, según la información, unos 1.600.000 pesos moneda nacional, que en ese momento equivalía a 20.000 dólares.

La explicación con relación a la elevada suma radica en que el acuerdo se selló para transportar a personas “de tendencia nacista” (textual), las que tendrían necesidad de abandonar urgentemente el país, preocupados tras el arresto en el país de Eichmann, ocurrido apenas un mes antes.

La misma información expresaba que un pescador de apellido Paleo, domiciliado en la calle 59 de la ciudad de Necochea, habría sido el primero en ser entrevistado para realizar el viaje, pero finalmente se negó.

Memorándum secreto y confidencial de la Policía Federal, fechado en julio de 1960, en el que consta la negativa de Paleo a realizar el traslado

No es un dato menor porque hay un testigo de aquella historia.

Antonio Ángel Paleo tiene 97 años, es oriundo de Necochea y mantiene vivos en su memoria los sucesos ocurridos hace 65 años. Es el sobrino de Luis Paleo, el pescador que se negó a realizar la fuga de 7 personas que estaban huyendo del país, con destino a Uruguay.

Nacido en 1927, ahora vive en Mar del Plata, pero trabajó como pescador embarcado hasta los 70 años y recuerda con detalle lo ocurrido con relación a ese hecho.

Antonio Paleo a los 30 años de edad

“Mi tío era Luis Paleo, también pescador de toda la vida. Tenía un chalet en la 59 y 36. Fue él quien me contó todo, ya que era uno de los pescadores más antiguos de Necochea. Lo fueron a ver para hacer un traslado de gente que había que llevar a Montevideo y la tarea era en la playa, fuera del puerto, porque era todo oculto. Un tema secreto. Mi tío se negó y el otro día me contó la historia”, dijo al ser entrevistado por Infobae.

Según su relato, a Luis le entregaron un número de teléfono para contactarse, en caso de que cambiara de idea. Pero no lo hizo. Y también lo contactaron a Antonio, unos meses más tarde e incluso lo interrogaron en Mar del Plata. Según su recuerdo, quienes intentaban concretar la maniobra eran personal de alguna brigada policial o del ejército. No eran civiles. Y era claro que se trataba de algo fuera de la ley.

Con otro pescador, de apellido Ricci que era el dueño de la embarcación “Felicitas”, los que finalmente llevaron a cabo la operación de fuga, tuvieron más suerte. “Con el dinero que recibió pudo pagar por su barco y todas sus deudas”, añadió.

“La costa estaba llena de bancos de arena. No era una tarea fácil. Hicieron tres intentos que fracasaron y la cuarta vez pudieron sortear el problema. Ricci en ese momento era joven, tenía una edad parecida a la mía, necesitaba el dinero y creo que por eso lo hizo”, añadió.

Antonio Paleo, entrevistado vía Meet por Infobae

-Cuando su tío inicialmente se niega al traslado, ¿sabe qué motivos tenía?

-Era un hombre muy recto. Durante 40 años fue presidente de la Sociedad de Pescadores. Vio algo oscuro en lo que le proponían y por eso no aceptó. Después me vinieron a buscar a mí, porque yo era muy conocedor de la costa ya que la tarea no se podía hacer desde el puerto sino desde la playa. Me interrogaron en Mar del Plata, durante varias horas. Era gente de una brigada; un tal Salcedo.

-¿De dónde eran las personas que había que sacar del país?

-Según lo que me contaron no eran de Necochea ni de Mar del Plata.

-¿A qué punto exacto de Uruguay había que trasladar a esas personas?

-A Montevideo

-¿Cuántas personas eran las que había que transportar?

-Siete

-Los documentos desclasificados, revelan que la lancha “Felicitas” fue encontrada varada en la costa Uruguaya. ¿Sabe por qué ocurrió la varadura?

-Había muchos bancos de arena. La lancha tenía unos 17 metros, más o menos, pero mucho calado. Creo que Ricci se confió, quedó varado y no la pudo sacar. Pero desde allí no se necesitaba nadar para llegar a la costa. Casi se podía llegar a tierra caminando. Estuvo varada por bastante tiempo. Después de una marea muy grande en el Río de la Plata, pudo salir.

Elementos nazis en las costas del sur

Antiguo carnet de embarco de Antonio Paleo

Antonio relató también que cuando tenía 19 años, en 1946, fue a pescar a Chubut.

“Hacíamos escala en Puerto Madryn y de ahí a Rawson, donde nos quedábamos pescando. En aquellos años casi todos los pescadores eran italianos y éramos pocos los criollos. También entre los años 1959 y 1961 íbamos al paralelo 42. Allí hay una isla, la isla Rincón, donde íbamos en busca de langostinos. Pero también me gustaba la caza, en especial de martinetas. Cazar era todo un deporte”, recordó

“Yo me bajaba en un cañadón, que es como un zanjón inmenso. Lo que vi fueron muchas cosas con la insignia nazi. Elementos que tenían marcada la cruz esvástica. Había envases de comida, latas y también ropas. Recuerdo una lata cuadrada de 20 litros, que sería de combustible y prendas enredadas entre las piedras. Por allí para mi deberían vivir los nazis, porque como se sabe en la Patagonia además había varias colonias alemanas”, relató.

El lugar donde Antonio encontró pertenencias de los nazis era el cañadón de Punta Tombo, a unas 40 millas del Puerto Rawson, al sur.

Al ser consultado sobre si alguien había tomado fotografías de esos hallazgos dijo que en esa época, entre los pescadores, no era una práctica habitual obtener fotos.

“Además, nadie se interesaba demasiado por cosas de afuera ni del gobierno. Sí recuerdo que veíamos a flotas extranjeras pescando fuera de las 200 millas e hicimos varios reclamos a la Prefectura, pero nunca supimos que se hubiera investigado”.

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